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Los jugadores foráneos piden casa y carro al firmar contratos

Los jugadores foráneos piden casa y carro al firmar contratos
11 de enero de 2013 - 00:00

Retornar a Ecuador era prioridad para el volante paraguayo Enrique Vera. La inseguridad que vivió en México, mientras defendió al América (2010), intranquilizó a su familia y por eso no dudó en aceptar la propuesta de Liga de Quito.

En su segunda temporada en el club “albo” incluyó en su contrato de trabajo el  monto económico con el que cancela su vivienda en el norte de la ciudad. “La gente de Liga siempre es organizada, está pendiente de los jugadores y se encarga de ubicarnos en viviendas. Nos da muchas facilidades. Uno prácticamente solo llega y se dedica a entrenar”, refirió el mediocampista de 33 años.

Por eso no tuvo inconvenientes al momento de trasladar a su esposa Cinthya y a sus dos hijos desde Asunción hasta Quito. En su primera temporada en LDU (2008), su hermana Silvana también vivió con él por 7 meses y eso le facilitó la readaptación al medio ecuatoriano, al que llegó por primera vez al Aucas (2004), con una situación muy diferente a la de hoy.

En el 2011, gracias al auspicio de una empresa automotriz, recibió un Grand Vitara para su movilización. Lo que no incluye su contrato actual es la pensión de la institución educativa en la que estudian sus dos hijos: Mathias Daniel y Thiago Nicolás. Ese rubro sale directo del sueldo mensual que recibe.  

El cuadro “albo” tiene la facilidad de ofrecer un centro educativo (escuela y colegio) propio para los futbolistas y sus hijos, contiguo al centro de entrenamiento en Pomasqui.

Pero éste, a veces, no llena las expectativas de los foráneos, quienes por sus contratos de un año calendario requieren instituciones con ciclo Costa, es decir que inicien las clases en abril y concluyan en diciembre. El régimen Sierra, en el que está Quito, contempla el inicio de actividades escolares en septiembre y la finalización en junio.

“Nosotros como Liga acercamos un oficio a la institución educativa que los jugadores escojan, de modo que las autoridades comprendan mejor la situación del futbolista, que es muy distinta a la de las otras personas por la modalidad que se maneja en este deporte”, refirió Santiago Jácome, gerente deportivo.   

Los “universitarios” ofrecen alternativas de vivienda específicamente en el norte de Quito y están ubicadas en las urbanizaciones El Condado y La Pampa, por la cercanía al estadio y a la concentración en Pomasqui.

“Ahí todo depende del jugador y de lo que le guste. A unos les interesa estar cerca del movimiento comercial, a otros tener mayor tranquilidad, etc. En cualquier caso, si lo que desean va más allá de lo establecido como monto máximo en su contrato, la diferencia debe ser cancelada por el futbolista”.

Otra opción es el valle de Cumbayá (noreste), aunque la distancia es mayor (al menos 30 minutos hasta el entrenamiento), pero la temperatura es más cálida. En el caso del cuerpo técnico, Edgardo Bauza y todos sus coterráneos están radicados en la avenida República del Salvador, en plena zona comercial quiteña.

Ese mismo sector es el preferido por los jugadores del Deportivo Quito, quienes escogen su residencia pensando sobre todo en las referencias que reciben de sus compatriotas y de sus nuevos compañeros.

Este plantel, además de la vivienda, les facilita un auto para su movilización. Todo esos detalles se acuerdan previo a la firma del contrato anual.

Su contratación “estrella” actualmente, el experimentado golero Fabián Carini, de 33 años, ex seleccionado uruguayo, no tuvo mayor exigencia “extra deportiva” al momento de acordar su vinculación. Tampoco exigió nada adicional a lo que le ofrecieron como extranjero.

“Carini es sencillo, sin extravagancias y pidió, como todos, lo básico para una estancia tranquila”, indicó Byron Pástor, jefe de comunicación del Deportivo Quito.
 Similares facilidades se dan en las otras instituciones del país.

En algunos equipos se fijan montos máximos para  acceder a la vivienda, y es la dirigencia la que define el sector, es decir, no hay la posibilidad de escoger. Eso ocurre con el equipo recién ascendido a la serie “A”, Universidad Católica, institución en la que existe un rubro de  650 dólares mensuales para este concepto.

La dirigencia de la “chatolei” ubica a los foráneos básicamente en el sector de El Batán, cerca del estadio Atahualpa. Liga de Loja les entrega un bono de 500 dólares, en el primer año, a los jugadores nuevos.

Para la segunda temporada, los lojanos retiran ese “bono” y todos los gastos de vivienda salen del sueldo del futbolista.

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