Los deportistas que compiten en los XVII Juegos Bolivarianos aprovechan sus momentos libres para hacer compras y recorrer los principales sitios turísticos de Trujillo, en el norte de Perú y la tercera ciudad más poblada de ese país, con 776.873 habitantes. Uno de esos lugares es la Plaza de las Armas, ahí se encuentra el Monumento a la Libertad.

Desde la inauguración de los Juegos, varios atletas ecuatorianos han recorrido las calles de esta ciudad costera, cuya área urbana tiene como eje principal el centro histórico, que se encuentra en el margen derecho del río Moche, a orillas del Océano Pacífico, en el antiguo valle de Chimo, conocido actualmente como Valle de Moche o Santa Catalina.

Los judocas nacionales Lenín Preciado y Marlín Viveros, por ejemplo, se distrajeron el pasado fin de semana conociendo un poco más de la cultura de Trujillo. Aprovecharon el recorrido para visitar los 10 museos que se encuentran en la ciudad.

Una de las visitas obligadas fue al Museo del Juguete, propiedad del pintor Gerardo Chávez. En él se exhiben juguetes que datan desde mediados del siglo XX. El museo se ubica a 3 cuadras de la Plaza de las Armas de la ciudad y tiene a su lado un café-bar.

Después de esa parada estuvieron en el Museo de Zoología, uno de los más antiguos de la ciudad y donde se muestra una exhibición taxidérmica de la fauna de la Costa, Sierra y selva peruana. El museo se encuentra bajo la administración de la Universidad Nacional de Trujillo.

Pero los deportistas no hacen turismo en cualquier momento; ellos observan ciertas normas antes de pasear por Trujillo. Sus entrenadores les dan tiempo libre, siempre y cuando al siguiente día no tengan competencias.Así ocurrió con Preciado y Viveros, quienes después de concluir su participación en los juegos, disfrutaron de una noche de compras y paseo ‘familiar’, como calificó al recorrido el seleccionador de Ecuador, Roberto Ibáñez.

El equipo nacional de Judo obtuvo el título de los Bolivarianos luego de haber acumulado 18 medallas en total.

Como premio a ese esfuerzo, este fin de semana los judocas salieron como en ‘familia’ a pasear. Y es que después de haber superado a grandes potencias en esta disciplina, como Venezuela y Colombia, los ‘tricolores’ merecían una noche de sano esparcimiento.

En una noche, después de 6 meses de concentración en los entrenamientos y de horas sobre el tatami, los seleccionados ecuatorianos disfrutaron de una experiencia que difícilmente olvidarán.

“Es justo que luego de los logros obtenidos, los chicos salgan de la concentración para conocer la ciudad antes de volver al país”, comentó Ibáñez, quien junto a sus campeones bolivarianos tiene previsto competir el próximo año en los Juegos Sudamericanos que se disputarán en Santiago (Chile).

Los nadadores también han aprovechado su estadía en Trujillo para hacer turismo. La noche del jueves pasado visitaron el Valle de Moche y el Parque de las Armas, una de las principales paradas que constan en los tours que ofrecen las agencias de la ciudad.

“Nuestro mejor centro turístico es la Plaza de las Armas; esto se llena los fines de semana. En sus alrededores se puede degustar buena comida”, indicó Juan Carlos Sarango, un vendedor peruano que trabaja en el lugar ofreciendo cigarrillos y caramelos.

Los que hasta ahora no han podido disfrutar de las cálidas noches de la sede de los Juegos Bolivarianos, son los luchadores, que aún tienen 2 días más de competencias. Lo positivo es que en su primer día de pruebas, los ecuatorianos se adjudicaron 2 preseas doradas, 3 de plata y una de bronce. Andrés Montaño y Orlando Huacón se ‘bañaron’ de oro.

“Primero hay que pensar en dejar en alto el nombre del país; después veremos si hay tiempo para salir a distraernos”, comentó Luis Guallpa, quien se llevó la medalla de bronce en la lucha greco-romana, en la categoría 66 kilogramos.

El entrenador y presidente de la Federación Ecuatoriana de Lucha, Johnny Zambrano, dijo que los dirigentes son los principales responsables de que los luchadores no se distraigan durante las pruebas.