El primer Messi que arribó a Sudamérica, a inicios del siglo XX, fue Aniceto, quien huyendo de las miserias de la Primera Guerra Mundial abandonó Renacati, pequeño pueblo de Macerata en el centro de Italia y se instaló en la pujante Rosario (Argentina) a orillas del río Paraná.

Uno de los hijos de Aniceto, Eusebio  Messi Baro, nacido a  kilómetros de Rosario, conoció, se enamoró y se casó con Rosa  Pérez Mateu, hija de un agricultor catalán que llegó a Sudamérica a finales del siglo XIX.

Tuvieron a una niña a la que llamaron Gladis y luego un varón: Jorge Horacio Messi, que con el paso de los años se convertiría en padre del actual volante del Barça, Lionel Messi.

Jorge Horacio, casado con Celia Cuccitini, una vecina del barrio Las Heras, en Rosario, trabajaba en una factoría metalúrgica y su salario mensual era tan magro que, con muchas dificultades, apenas podía mantener a 3 hijos: Rodrigo, Matías y María Sol, hasta que un miércoles del invierno austral de 1987 nació el cuarto hijo de la pareja: Lionel Andrés.

“Fue minutos antes de las seis de la mañana del 24 de junio”, recuerda el primo del astro “azulgrana”, Nibaldo García Messi. Ese día se conmemora el nacimiento del automovilista Juan Manuel Fangio, del escritor Ernesto Sábato, y la muerte del tanguero Carlos Gardel, conocido como “El Zorzal Criollo”.

Su alumbramiento se produjo en el hospital italiano Garibaldi de Rosario. La cobertura médica de Acindar, la metalúrgica en donde trabajaba Jorge Messi, les había designado al obstetra Norberto Odetto, quien  conocía al matrimonio y había asistido a Celia anteriormente. “Lionel nació en un parto natural, pesó 3 kilos y midió 47 centímetros”, agregó Nibaldo.

“Leo” Messi creció en medio de referencias futbolísticas. Sus dos hermanos mayores ya militaban en las divisiones infantiles del Newell’s Old Boys y su padre hacía de entrenador en el barrio. Hay quien recuerda que Lionel recibió su primera pelota de fútbol y una camiseta del Newell’s al cumplir su primer año.

Como la mayoría de los chicos de su edad en esa época, a los 6 años, Messi comenzó la escuela primaria en el colegio general Las Heras, ubicado frente a la plaza José Hernández, y vecino al campo del Batallón de Comunicaciones 121 de Rosario.

Desde entonces Messi suele dedicar sus goles en España a su abuela Celia, porque ella siempre creyó en él y en su fútbol. También se sabe que su bisabuelo  Aniceto Messi fue un italiano que en 1883 zarpó de Ancona rumbo a Argentina en busca de fortuna, o que su apellido materno tiene raíces transalpinas.

A la vez, la biografía del “crack” habla de una rama catalana en su árbol genealógico: cuando de “pibe” se le recetó aquel tratamiento hormonal, papá Jorge llamó a unos parientes en Lleida y en tierra ilerdense pasaría sus primeros días en España y en Catalunya el ahora mejor jugador del mundo.

Esa biografía no suele identificar a los familiares en cuestión, aunque diversos medios, tanto de este como del otro lado del Atlántico, fueron aportando más datos.

Así, en 2007 se supo que Leo tenía, según las pesquisas realizadas para completar su árbol genealógico, un bisabuelo catalán natural de un pueblecito cercano a Balaguer, en La Noguera. Ese patriarca por parte de padre -a la postre vecino de Bellcaire de Urgell- no es el único pariente ilerdense del “10” “azulgrana”.

Después apareció el rastro de una bisabuela, doña Rosa Mateu i Gesé, de Blancafort de Tragó (Noguera), localidad que acabaría siendo absorbida por el municipio de Os de Balaguer. Rosa  nació en 1910 y con 18 años, apremiada por la necesidad, decidió comenzar una nueva vida en Argentina.

Según fuentes del Ajuntament de Os de Balaguer, durante el trayecto marítimo conoció a ese caballero de Bellcaire d’Urgell, José Pérez Solé, con el que acabaría casándose y teniendo tres hijas. Una de ellas, Rosa  Pérez, contraería matrimonio, ya en América, con un italiano, emigrante como ella, llamado Eusebio Messi. Entre los hijos de esta pareja estaba Jorge, padre del padre de “Leo”, Jorge Messi.

Leo alcanza en goles a Kubala

Messi igualó otro récord en el Barça. El delantero argentino emparejó en el ranking de goleadores en la historia “azulgrana” a Ladislao Kubala, con 194 tantos, luego del doblete anotado ayer en la goleada 5-0 ante el Bate Borisov en la Champions. Las otras dianas fueron obra de Pedro, Villa y Volodko (en propia puerta).

“Lio”, a pesar de medir 1,69 m., pesar 67 kilos y que le llamen “La Pulga”, es el mejor del mundo. Esto es algo que se corrobora con el número de récords que va superando.

Kubala llegó a los 194 tantos en las 12 temporadas que se enfundó la camiseta “culé”, desde 1950 hasta 1962. El  húngaro hizo una media de 16,16 goles por temporada, mientras que Messi hace 27,42 dianas cada campaña. Casi el doble.

Las cifras del argentino se resumen en 127 goles marcados en  Liga, 37  en la Champions, 2  en el Mundial de Clubes, 1 materializado en la Supercopa de Europa, 8 realizados en la Supercopa de España y 17 “enchufados” en la Copa del Rey. Por su parte, el mítico Kubala marcó 131 tantos en Liga, 49  en Copa, 7 en Copa de Europa (actual Champions), 6 en la Copa de Ferias y 1 en la Copa Latina.

Tras superar a Kubala,  Messi tendrá a continuación el reto de adelantar a César Rodríguez, el legendario delantero leonés del Barcelona que se enfundó la camiseta “blaugrana” 14 temporadas en los años 40 y 50 del siglo pasado.

César, conocido como “El Pelucas”, marcó 235 goles con el Barça. En este caso, al argentino le quedan 41 tantos por delante, pero viendo las medias que registra “La Pulga”, no será de extrañar que también lo consiga esta campaña o tal vez la otra, con tal, tiempo es lo que le sobra a Messi.

Y por último, destacar que otro jugador “azulgrana”  sigue sumando minutos en cancha: el portero Víctor Valdés, quien el próximo fin de semana superará al ex golero Andoni Zubizarreta en partidos jugados en la Liga (410). El trabajo da sus frutos y cada vez más abundantes.