Los apasionados del balonmano buscan revivirlo
La velocidad y adrenalina del balonmano se vivieron con intensidad el fin de semana en el coliseo Los Quitus, cuando se desarrolló el Primer Torneo Nacional Absoluto de esta disciplina con la presencia de 11 equipos del país.
Este deporte (cuyo objetivo es conseguir meter la pelota con la mano en la meta del equipo rival) llegó al país hace 15 años, de la mano del alemán Werner Silberstein, quien hasta ahora actúa como arquero de Pichincha a sus 70 años. A inicios de 2000, la actividad sufrió un bajón, después de que tuvo un auge en los años pasados y en 2006 los apasionados de este deporte intentaron retomar esta actividad para organizar de una mejor manera la práctica del balonmano.
El septeto (6 jugadores y un portero) de la Academia Naval Almirante Illingworth de Guayaquil logró el título en el torneo masculino, mientras que Pichincha se llevó el campeonato en la rama femenina. Cuadros de Santa Elena, Manta, Quevedo, Esmeraldas y El Oro, también estuvieron presentes en el torneo nacional.
En la final masculina, ANAI venció 20-19 al club Sport Modelo también de Guayaquil, mientras que el representativo naval cayó en la final femenina contra Pichincha 16-7.
Los cotejos fueron disputados ante una buena cantidad de público que asistió gratuitamente al coliseo. En el partido entre Pichincha y Unión Española de Guayaquil, la intensidad de éste se reflejó en el marcador 13-12 a favor de los guayaquileños y en la disputa por recuperar el balón o anotar.
Unión Española se quedó con dos hombres menos, uno al inicio y otro al final del encuentro, por lo que su triunfo fue más difícil de lo previsto, pero al final un gol les otorgó la victoria. Empezaron con buen ritmo, pero conforme avanzó el torneo se fueron quedando y se ubicaron últimos.
Además, en algunas ocasiones la fuerza para disputar el balón ocasionó algunos roces que no pasaron a mayores, pero que animaron a los jugadores y los pusieron alertas durante el compromiso.
El alemán Markus Hofer reside desde hace dos años en el país y está involucrado con la enseñanza de este deporte en colegios de la capital y la organización de los torneos.
“Hay mucha capacidad y sobre todo ganas para progresar. El nivel está aún por debajo de países como Brasil, Argentina y Chile, pero hay buenos jugadores. Es necesario que exista mayor competencia para que el nivel mejore”, aseguró.
La encargada de la comisión de Pichincha es Amanda Padilla, que lleva jugando este deporte desde que se introdujo al país. Ella reconoce que existió un tiempo en que nadie tomó las riendas del balonmano, pero luego regresó con más fuerza.
“Vamos bien encaminados, pero la necesidad de competencia es clara. Mucha gente viene a jugar, le gusta, pero luego lo deja porque no puede competir. A veces tenemos un partido cada tres meses y la idea es tener más continuidad”.
Sin embargo, ella considera que este Nacional es un pequeño logro para conseguir que los jugadores puedan “moverse”.
Aún no está confirmado, pero es posible que el próximo torneo nacional se realice en Manta.