LDU (Q) se resquebrajó internamente desde el comienzo del certamen
Inconformidad y hasta decepción existe en los jugadores, directivos e hinchas de Liga de Quito por el cuarto lugar que ocupa en el campeonato local con 31 puntos (+10), 5 menos que el puntero Independiente del Valle y distante de inscribirse en Copa Libertadores, torneo en el que se consagró en 2008.
Ese sentimiento quedó reflejado ayer por el mediocampista Fernando Hidalgo, quien reconoció que este semestre fue de errores continuos en el plantel y de ahí que es lejana la posibilidad de llegar a un certamen internacional, al que no habían faltado hasta el año pasado.
“En lo personal y colectivo quedó claro que estamos por debajo del nivel deseado, pero hicimos el compromiso de mejorar para la segunda etapa. Debemos intentar clasificar, pero es complicado porque dependemos de otros resultados”.
Hasta 2011, LDU había participado de forma continua en el máximo evento continental de clubes, pero a final de ese año quedó imposibilitado de acceder al menos a la Pre-Libertadores, tras ser eliminado por El Nacional en dos cotejos adicionales.
Eso significó una pérdida económica en el presupuesto de 7 millones de dólares. Sin embargo, la dirigencia cumplió cada uno de los pedidos del DT Edgardo Bauza para reforzar el plantel. Se incorporó al argentino Damián Manso, quien junto a Luis Bolaños y Enrique Vera evocaban el recuerdo de la media cancha que se consagró en 2008.
Pero ninguno de ellos alcanzó aquel nivel de rendimiento. El paraguayo Vera en abril volvió a soportar una rotura de ligamentos que lo alejó por completo de las canchas. Hoy está en recuperación en su país.
Bolaños cometió una serie de actos de indisciplina que determinaron su salida a inicios de este mes. “Luis no ha sido el aporte deseado y es mejor que continúe en otro club”, dijo en su momento Esteban Paz, presidente ejecutivo de LDU.
Y Manso, con su hermetismo característico, apenas cruzaba palabra con el grupo. Tuvo roces frecuentes con Édison Méndez e incluso se mencionó que existió un “encontrón” a golpes entre ambos.
Aunque en aquel instante (marzo) el zaguero y capitán Norberto Araujo descartó esa situación, cada vez fue más evidente el distanciamiento entre los futbolistas.
El “Piojo” Manso abandonó el plantel por una mejor propuesta económica hace casi tres semanas. En los cotejos era notorio el reclamo airado entre los distintos futbolistas por algún error cometido. “Por ahí mis compañeros fallan en la defensa y me enojo rápidamente. Y así pasa en otros sectores. El compañerismo que siempre hubo en Liga tiene que mejorar. Creo que todo se debe a eso y a la pérdida de pelotas”, expresó Araujo.
Hasta el año anterior el capitán fue el experimentado Néicer Reasco, quien perdió esa distinción tras cometer una fuerte falta sobre el joven Kevin Mercado (noviembre), que le representó la rotura de los ligamentos, menisco y tendones de su rodilla derecha. Reasco solo un mes después pidió disculpas aduciendo que esas son “cosas de fútbol”.
La relación interna entre futbolistas se desgastó aún más con los problemas de indisciplina de algunos como Ángel Cheme, Enrique Gámez y David Quiroz, que se ausentaban sin razón.
A los primeros se los multó con el 10% de su salario. El segundo continúa entrenando porque tiene contrato hasta diciembre, pero ya no será parte del plantel titular.
Estos detalles colmaron la paciencia de Bauza, quien ya no desea pronunciarse sobre asuntos personales, sino solo deportivos. Adujo que todos (futbolistas y dirigentes) en su momento se excedieron en sus declaraciones. “Los problemas internos son competencia de la dirigencia. No voy hablar más de eso, como tampoco los jugadores. Es un acuerdo al que llegamos”.
Hace aproximadamente 2 meses, el presidente honorario, Rodrigo Paz, dejó de visitar las prácticas semanales del plantel, como era habitual.
Incluso se les retuvo parte del sueldo como forma de presionarlos para mejorar el rendimiento. “Estoy muy molesto por la actuación. Esperemos que esto cambie”, soltó en su momento el histórico dirigente. (VNH)