La “potencia” de Ecuador está a prueba en torneo
Todo es barullo y trajín detrás de la extensa pancarta que anuncia el desarrollo del XXVIII Sudamericano de Potencia en Quito y muestra los nevados ecuatorianos Cotopaxi y Chimborazo. El evento se desarrolla en el coliseo del Ministerio del Deporte, ubicado en el norte de la capital.
Los dialectos y acentos de las seis delegaciones participantes se confunden en un ir y venir, mientras los aficionados y familiares esperan impacientes en los graderíos el inicio de las competencias. Minutos antes, cada uno de los participantes confirmó su peso reglamentario en la balanza. Ninguno tuvo inconveniente en ese aspecto. Todos llegaron con los kilos necesarios, según la categoría.
Los acordes de “Yo nací en este país”, del cantautor ecuatoriano Juan Fernando Velasco retumban en los parlantes, mientras motivan a los competidores nacionales, quienes -como los foráneos- cumplen las últimas rutinas de calentamiento. Deambulan entre las barras, los bancos y las fuentes que les proveen el polvo de magnesio para impedir que sus manos estén resbalosas.
Lucen inquietos y algo nerviosos esperando el llamado del juez, incluso parecen no atender las últimas indicaciones por parte de los entrenadores.
El rechinar de la máquina que sirve para envolver las largas tiras de algodón, que después apretarán parte de los muslos, desvía la atención de los competidores.
Vendas, linimento, una malla y cinturones son esenciales en la indumentaria que todo levantador de potencia requiere para cumplir su participación.
Este deporte, que no es olímpico, tiene tres modalidades: sentadilla, press de banca y peso muerto. En cada una los participantes tienen tres oportunidades para alcanzar el mayor peso posible y así colgarse la medalla dorada.
Ecuador, desde 2008, se mantiene en la cima de esta disciplina, en la que incluso ostenta récords mundiales. Por eso la confianza de los “tricolores” es notable. Además, por ser dueños de casa son también la delegación más nutrida de deportistas.
La primera llamada del juez puso en el escenario las condiciones y fortaleza del participante, quien por lo apretado que lleva las vendas en las rodillas apenas puede mover sus miembros inferiores. “Parecen patos” es el comentario en las gradas.
Ya en el momento cumbre, las manos se dirigen directamente a la barra y la aprietan con fuerza. Antes de alzarla colocan los pies con una apertura cercana a los 45 grados, así pueden soportar el peso pedido.
Lentamente se agachan, deben doblar por completo las rodillas para que el intento sea válido. Sus rostros revelan la fuerza que realizan para levantar ese peso hasta ponerse nuevamente de pie.
La cara se les enrojece, aprietan con fuerza los dientes y se desdibuja el gesto con el que llegan al escenario. Las venas parecen reventar en los muslos que lucen aún más voluminosos por lo apretadas que llevan las vendas a la altura de las rodillas, en donde recae la fortaleza que se requiere para levantar el peso solicitado.
En la cintura un grueso cinturón se aprieta para que en el esfuerzo físico no se afecte la columna. Ese implemento nunca dejan de utilizarlo, pero sí las vendas, que no necesitan en el press de banca porque el cuerpo está recostado.
Esa posición es en la que menos peso levantan y ahí la presión se concentra en las muñecas, en las que llevan las vendas.
DATOS
El Sudamericano de Potencia es clasificatorio para el Campeonato Mundial de esta disciplina que se desarrollará en noviembre, en Noruega.
Alrededor de 100 deportistas participan en el evento que concluye hoy. Ellos disfrutaron por las noches de un city tour por los lugares más destacados de la capital.
El argentino Óscar Sardines, de 74 años, impuso un nuevo récord en la categoría máster 4 al levantar 170,5 kg en sentadilla.
Marco Sánchez es el entrenador de las selecciones masculina y femenina de Ecuador.