La hinchada envió su aliento desde Quito
Los aficionados de Liga de Quito enviaron su apoyo a la distancia para su equipo en Argentina y celebraron con euforia la clasificación a una nueva final internacional, en la Copa Sudamericana, para buscar su quinta estrella continental.
Los aficionados soportaron el intenso frío de la noche quiteña, pero los cánticos y arengas servían para calentarse. El cielo amenazó constatemente con una fuerte lluvia; sin embargo, ni una gota cayó en la plaza Foch, donde se reunieron los hinchas “albos” para presenciar la semifinal contra Vélez.
En la previa, los aficionados hablaron de las tácticas, de quién debería jugar, de cómo el técnico Edgardo Bauza debería plantear el equipo titular y que Vélez es un equipo peligroso en condición de local. “Liga debe jugar con calma. La ventaja es buena y, además, ya saben de qué manera jugar en el exterior. No es fácil poder acceder a una nueva final”, dijo Julio Mendieta.
Pero si algunos hinchas daban una opinión mesurada, también estaban otros que desbordaban optimismo. “Los argentinos no van a poder con nosotros. Es imposible que nos hagan dos goles”, comentó Esteban Rodríguez, de 18 años.
Antes de las 18:00 la gente empezó a llegar a los diversos locales de la zona para asegurar un buen puesto cerca de los televisores.
La mayoría salió de sus trabajos directamente a ver el encuentro y muchos no dudaron en colocarse la camiseta de Liga encima de sus uniformes o del terno ejecutivo.
Algo de comer y beber antes de que inicie el partido, y luego centraron sus ojos en la pantalla, donde un puñado de casi 500 seguidores del cuadro “azucena” alentaba desde el barrio Liniers, pero desde la capital miles de aficionados de Liga apoyaron a la distancia desde sus casas o en cualquier lugar.
Uno que otro cigarrillo para los nervios circulaba entre cuatro liguistas en una mesa. Parecían congelados, ya que no pestañeaban viendo la TV y reaccionaban cuando la intensidad del partido se incrementó. También celebraron las atajadas del golero Alexander Domínguez en los primeros minutos y se lamentaron porque Liga jugó muy atrás en la primera etapa.
La ocasión que tuvo el delantero Hernán Barcos, la más clara del primer episodio, fue celebrada como gol por algunos, pero cuando reaccionaron se dieron cuenta de que la pelota se fue afuera por centímetros.
Con la tranquilidad de que Vélez no consiguió un gol en la primera mitad, los aficionados respiraron con calma durante el entretiempo. “Vélez atacó casi todo el tiempo. Dida (Domínguez) sacó todo lo que llegó y se pudo sacar el arco en cero”, comentó Fabián Carrión.
Como los hinchas blancos llenaron por completo su capacidad, la gente miró el partido de pie afuera, pero desde ahí se iniciaron los cánticos que contagiaron a todos en el lugar.
Pero apenas pasaron 4 minutos del segundo tiempo y llegó la celebración con el gol de Barcos. Los saltos y gritos llenaron la plaza y algunos ya daban por finalista a su equipo, ya que los argentinos debían marcar cuatro tantos para remontar el marcador.
Solo fue cuestión de esperar para celebrar la clasificación, pero el público no dejó de respaldar a sus jugadores con la misma intensidad durante todo el encuentro.
Los hinchas no tenían preferencia para enfrentar a Vasco o Universidad de Chile (juegan hoy), pero recordaron que con los brasileños tienen buena racha, después de vencer a Fluminense y a Internacional, en finales pasadas.
Apenas era martes, pero los liguistas no tuvieron problema para alargar la noche y festejar también las fiestas de Quito. Los conductores empezaron a hacer sonar las bocinas de sus autos y rápidamente la zona se inundó con esa algarabía, que recreaba las barras del equipo que llegó a su segunda final.
Habrá tiempo para recuperar fuerzas y que los aficionados estén listos para la primera final, la próxima semana.