Llegó tarde al colegio, pero puntual a los entrenamientos. Sus padres lo castigaron, pues debe ser responsable en todas sus facetas.

Como volante ofensivo, Roberto Quiñónez es una “bala”, maneja la pelota con una   facilidad extraordinaria. Pero para  acceder a las prácticas debe  cumplir sus obligaciones académicas. Cuando llega atrasado a las   clases no se le permite  entrenar.  

Ubicada en el kilómetro 8 y medio de la vía Esmeraldas-Atacames, la Fundación Amiga se encarga de la educación integral de 1.100 alumnos. El padre Silvino Mina, mentalizador y fundador  de la institución, cuenta que el establecimiento nació en 1998 como escuela de fútbol, pero en 2007 se convirtió en  unidad educativa.

“No creo que la educación a distancia ofrecida por algunos clubes sea la más adecuada para los chicos. Hay que prepararse bien”
Cristian Loaiza
Subdirector Deportivo Fundación AmigoActualmente cumple las dos funciones: es centro de instrucción regular y cuenta con escuelas de iniciación deportiva en atletismo, balompié, baloncesto y voleibol, actividades físicas en las que participa el 25 por ciento de los estudiantes.

Cristian Loaiza, subdirector pedagógico deportivo, cree que la verdadera misión de los educadores es cultivar fortalezas “en mente, cuerpo y espíritu”. La escuela de fútbol de esta fundación  ha marcado pasos exitosos; de sus canchas salieron elementos de primer nivel, dos muestras son el defensa Frickson Erazo y el delantero Carlos Tenorio.

Entre los maestros de balompié constan el exgolero de El Nacional, Fernando Maldonado, el también exdefensa “militar”, Willy Ortiz, y Milton Mina, exzaguero de Emelec. Además, Miguel Ramírez, campeón con  Olmedo en el  2000.

Ejemplo

“Si quiero ver un niño limpio, debo presentarme limpio”, asevera Fernando Maldonado, de 68 años, un convencido de que lo mejor es predicar con el ejemplo.  

Al ser fundación, este plantel no se lucra por la transferencia de jugadores, sino que se financia con las pensiones de los chicos y aportes de auspiciantes, principalmente de La Casa de los Mil Deportes, de Quito, que le dota de implementos deportivos, costea los salarios de los adiestradores y paga el 75 por ciento de la alimentación de los jóvenes.  

En Fundación Amiga, los escolares pagan 10 dólares y los colegiales 15. Cuentan con alimentaciónEl balompié es solo una de las alternativas de vida que tienen los estudiantes; la otra opción es un oficio práctico, compatible con alguna carrera universitaria.

Por ejemplo, Carlos Plaza (18 años) obtuvo el bachillerato en construcciones, especialidad afín a ingeniería civil. Su objetivo es triunfar en el arco de El Nacional, pero si no lo logra, tendrá un respaldo para continuar sus estudios o laborar.

Otro punto que destaca la organización es la equidad de género; en la provincia de Esmeraldas es raro encontrar a mujeres entrenándose con varones. Sin embargo, esa es una barrera más que se empeñaron  en derribar los adiestradores.

Tres chicas de 13 años de edad aprenden de Miguel Ramírez los secretos de atajar: Kiana Mejía, Lisa González y Mayté Gorozabel.  

Sobre acuerdos con clubes profesionales, Loaiza lamenta haber perdido la confianza. En 2009 suscribieron un convenio con Juventus de Esmeraldas y perdieron a 30 jugadores. “Teníamos que firmar los pases a nombre de Juventus, nunca nos devolvió los pases. A los futbolistas los negoció ese club”, dice.

Prefieren seguir su rumbo como están. Los jóvenes son libres de decidir qué hacer con su futuro. Únicamente piden a quienes consigan el éxito deportivo volver algún día para contar sus historias a los nuevos alumnos.

Estudiar primero

En la escuela de fútbol que el club Norteamérica de Guayaquil mantiene en San Lorenzo no hay aulas ni comedor como en la Fundación Amiga, pero existe el compromiso de “moldear a hombres de bien”.

Vilder Chávez, técnico de esta extensión, también evalúa el rendimiento académico de los chicos. Si no existen notas sobresalientes, les será más complicado ir a la matriz de la institución, en Guayaquil.

Sobran los referentes que de la mano de Chávez se fraguaron como profesionales del balompié. Alexi Lemos, convocado como tercer cancerbero de la Selección Ecuatoriana para los partidos contra Perú y Argentina el 7 y 11 de este mes, es uno de ellos.

El punto de aprendizaje es la cancha municipal contigua al colegio 10 de Agosto. Es un lugar descuidado, que solo luce bien cuando las sonrisas y los pelotazos de los chicos disipan sus dudas sobre la probabilidad de un mejor porvenir.

LA EDUCACIÓN ACADÉMICA NO ES OBLIGATORIA

No existe en la normativa de la FIFA la obligatoriedad para los clubes de brindar educación académica, residencia o alimentación a los chicos en edades formativas.  

Las transferencias internacionales son posibles cuando el chico cumple 18 años salvo las siguientes excepciones: Si por razones ajenas al fútbol, los padres cambian su domicilio a la nación donde el nuevo club de su hijo tiene la sede.

Si la transferencia se efectúa dentro de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo y el jugador tiene entre 16 y 18 años; en este caso, el ente deportivo debe darle preparación académica  y prever que viva con una familia o en el alojamiento del club. Otra excepción se da cuando el chico reside a menos de 50 kilómetros de la frontera y el club tiene sede en el país vecino a la misma distancia.