Edwin Ramírez es un “trotamundos” en el fútbol ecuatoriano. Estuvo en el arco de Emelec, Barcelona, Liga de Quito, Universidad Católica de Quito y, por supuesto, en el Deportivo Quevedo, equipo en el que inició su carrera y se retiró en el año 2009. El también ex seleccionado de Ecuador es actualmente el preparador de arqueros del cuadro “fluminense”. 

Ramírez admitió sentirse muy orgulloso de sus arqueros y más cuando a una fecha para que acabe el año en el torneo de la serie “B”, sabe que el “Ídolo” de Los Ríos es el conjunto menos batido de la temporada, con 39 goles en contra y 51 a favor.

“Siento una mezcla de felicidad y orgullo en el Quevedo, porque hemos conformado un plantel compacto en todas sus líneas. El hecho de tener el arco con menos goles nos llena de confianza ya que es una señal del buen trabajo que hacemos los porteros acá”, precisó Ramírez.

Sobre el ascenso que el Quevedo obtuvo a la serie de privilegio, el ex golero de la “Tri” indicó que fue “una emoción grande el hecho de que en mi primer año trabajando en el Quevedo hayamos logrado subir”.

Ramírez le agradece a Dios, la directiva del club quevedeño y al profesor Raúl Duarte (DT) por permitir que él comparta lo aprendido a lo largo de 23 años de carrera con los jóvenes goleros: Cléber Bone y Claudio Castillo.

Recordó dos anécdotas que fueron muy importantes y marcaron su carrera deportiva. “Atajé en el profesionalismo en el D. Quevedo. Tenía 15 años cuando debuté y creo que lo hice bien. Luego  a los 18 o 19 me convertí en el portero titular de la Selección Nacional. Esto no lo olvidaré jamás”.

Esa misma actitud que tuvo a temprana edad para ser considerado titular en el arco ha tratado de transmitirla a Bone, de 25 años, y a Castillo, de 22, de quien dice tener esperanzas de que llegue a ser un futuro seleccionado.

Pero a pesar de la confianza que le tiene a los jóvenes goleros del Quevedo, Ramírez optó este año “por la experiencia de un viejo amigo y conocido”, Héctor Carabalí, considerado “arquero jugador” del fútbol ecuatoriano, que llegó al Quevedo por el llamado de Edwin, quien se lo recomendó a Duarte.

“Agradezco a Ramírez haberme dado la oportunidad de seguir con mi carrera. Su llamada llegó justo en un tiempo en el que pensé retirarme por no tener ofertas de trabajo”, dijo Carabalí, quien ha militado en Universidad Católica, Deportivo Quito, Olmedo, Manta, Espoli, Aucas y la Universidad Técnica de Cotopaxi.

Héctor, recordado por el tanto de arco a arco que le anotó a El Nacional en 1999 cuando jugaba por el cuadro “chulla”, acotó que haber logrado la hazaña de ascender con el Quevedo es un premio al esfuerzo del plantel durante todo el año. “Gracias a Dios regresamos a la “A” al Quevedo, club con historia que merecía estar en primera; desde ya pensamos en el 2013, temporada donde defenderemos el arco y también la categoría”, indicó Carabalí, y lanzó entre risas: “espero volver a hacer otro gol de arco a arco a El Nacional, ahora con el Quevedo”.