La derrota ante Alemania bajó las revoluciones en la “Tri”
Estar en el puesto 10 del mundo, con nueve partidos invictos y a dos victorias del Mundial de Brasil 2014, hizo que de manera silenciosa la confianza excediera los límites normales y fuera la mayor causante de la derrota ecuatoriana ante una selección alemana alterna.
Es que desde el menos aficionado a la “Tri” hasta el más optimista de los dirigentes, pasando por jugadores y cuerpo técnico, al ver que el combinado rival no tenía a sus “estrellas”, pensaron que el encuentro se ponía más fácil y accesible. Y aunque nadie lo asegura casa adentro, eso se pudo visualizar en el terreno de juego.
Sin embargo, la “Tri” demostró una vez más su capacidad para revertir situaciones adversas y si bien no llegó a empatar, los jugadores nacionales mostraron otra cara en la segunda parte y si no fuera por el portero alemán René Adler la historia hubiese sido distinta.
La “Tri” demostró una vez más su capacidad para revertir situaciones adversas en los partidosEl que los jugadores hayan salido enojados del estadio y la autocrítica de Reinaldo Rueda, entrenador nacional, en la rueda de prensa, demuestran que la selección aprende de estas pruebas y que el espíritu ganador no se pierde.
Esta derrota sirve para regresar la humildad al equipo ecuatoriano y que cuando vengan los partidos por los puntos vuelva a jugar concentrado desde el primer minuto.
Mañana, los comandados por el colombiano Rueda, estarán en Casa Blanca, en la capital de la República, para el partido de homenaje de Patricio Urrutia y luego se desplazarán rumbo a Lima, donde el próximo viernes se enfrentarán a Perú por las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Brasil.
Cuatro días después recibirá en el Olímpico Atahualpa a Argentina, donde podría, si saca un buen resultado en Perú, sellar su clasificación a la cita ecuménica.
Este tipo de encuentros ayuda en todo ámbito a la selección y si se toman las palabras de Rueda, que dice que a Ecuador siempre le va mejor en el segundo partido, entonces se puede estar tranquilo y confiar en que en el estadio Nacional de Lima no sucederá lo que aconteció en Boca Ratón.