La selección ecuatoriana tiene una virtud especial y es que el técnico Reinaldo Rueda ha sabido utilizar a los jugadores en las mismas posiciones y funciones que tienen en los equipos y con eso se intenta equiparar de alguna manera el poco tiempo con el que se cuenta para entrenar en cada convocatoria.

Esa es la tónica en casi todas las selecciones cuyos entrenadores han visto la necesidad de recurrir a varios elementos de un mismo equipo.

Junto a lo táctico y técnico, se ha podido consolidar una unión familiar, en un grupo que se muestra muy sólido y solidario entre sí. Lo dejaron latente en todo momento y ahí es indudable que fue muy importante el retorno del delantero Felipe Caicedo y el  entendimiento con el técnico colombiano Reinaldo Rueda.

Sin embargo creo que la defensa es el punto más débil de la selección, porque si bien hay una zaga consolidada, cuya mayoría pertenece a un mismo equipo (Barcelona) y eso facilita la tarea del seleccionador, no existen mayores alternativas en el recambio y en eso se debe trabajar este año.

En el resto de sectores existe mayor diversidad y eso es importante. En el medio campo por ejemplo se puede contar con Renato Ibarra, quien paulatinamente está creciendo en su desempeño y tiene un indiscutible talento que se debe pulir y  puede convertirse, sin exagerar, en el futuro sucesor de Antonio Valencia.

En la delantera también hay alternativas con Benítez, Mina y el propio Caicedo. Por lo que se ha  hecho hasta el momento y si no despiertan selecciones como Chile y Paraguay la clasificación de Ecuador al mundial creo que prácticamente es un hecho, sobre todo si se mantiene la racha perfecta en condición de local.