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La “Caldera” estuvo resguardada

La “Caldera” estuvo resguardada
25 de abril de 2013 - 00:00

En días de clásico, en Guayaquil, los estadios suelen convertirse en la casa de los hinchas. No es para menos. Allí precisamente, y en sus alrededores, se concentra la tensión, el nerviosismo y la ansiedad. Todos este cúmulo de sensaciones se palparon ayer. Desde  las 08:00, la “Caldera”, como se conoce al estadio George Capwell, empezó a calentarse.

Con boleto en mano, los hinchas esperaron la hora en que se abrieran las puertas del estadio para alentar a sus respectivos equipos. Para evitar que la espera fuera larga y tediosa, ellos acudieron a los tradicionales “agachaditos”, donde el ceviche, los bollos y la guatita, por 50 centavos, ayudaban a recargar las energías.

Las calles aledañas al estadio se pintaron de azul y amarillo. Los comerciantes colgaron en cada esquina camisetas de Barcelona y Emelec que, dependiendo del cliente, costaban entre 5 y 10 dólares.  

En las ventanillas del estadio de la avenida Quito se registró mayor movimiento durante la mañana. Decenas de personas hicieron columna para poder adquirir una entrada, que ya para las 09:00 eran escasas.

25-4-13-deportes-estadio-capwell-y-carritoNo faltaron los hinchas que parados a un costado pedían una colaboración para poder adquirir su entrada. Incluso vendían pulseras alusivas al elenco “millonario” para poder apoyar al “Bombillo”.  

“¡Compro! ¡Compro entradas!”. “Venga venga, entrada a tribuna y general”... gritaban y anunciaban los infaltables revendedores apostados alrededor del estadio y a quienes no les incomodaba  la presencia policial, a tal punto que ofrecían sus servicios a todo  aficionado que se les acercara.

Uno de los uniformados aseguró que ellos estaban presentes en el lugar a la espera de que a las 10:00 comenzara el operativo oficialmente, que incluiría más de 1.000 gendarmes de la institución. “Nosotros somos patrulleros de esta zona, y por eso se nos ha pedido que estemos custodiando el lugar, pero los policías asignados para este operativo llegarán más tarde”, dijo uno de los uniformados.

La custodia policial también buscaba que no se repitiera lo sucedido el pasado martes, cuando hinchas azules y amarillos se enfrentaron.

Las personas que compraban su entrada y aseguraban su puesto en las gradas también se daban tiempo para comer. “Este es mi desayuno”, dijo uno de los aficionados que estaba en un local donde vendían ceviche, cuya apertura se realiza más temprano cuando hay clásicos.  

A una cuadra del Capwell, en el Centro Cívico, el movimiento era nulo. Ahí era donde los hinchas barcelonistas podían obtener la entrada, pero éstas se acabaron temprano, lo que ayudó a que no se registraran más enfrentamientos entre las barras.   

Mientras pasaban los minutos más policías llegaban al sitio. Alrededor de las 10:00 se hicieron presentes los oficiales de la Comisión de Tránsito del Ecuador, quienes cerraron el acceso a la avenida Quito de todos los vehículos. Este también era un operativo provisional, ya que el cierre total de las calles se daría a las 13:00.

Por su cuenta oficial de Twitter, la institución pública informó a los ciudadanos las calles que iban a ser cerradas por este operativo.

La avenida Quito, la calle Pío Montúfar, la Gral. Gómez y la San Martín fueron aisladas hasta el final del encuentro que debió disputarse anoche a las 19:30.  

25-4-13-deportes-venta-de-uniformesMientras que los policías informaron que su operativo sería antes, durante y después del partido para evitar contiendas entre las barras. Los uniformados colocaron vallas junto a las puertas de acceso para garantizar el control absoluto durante el ingreso de los aficionados.      

Para asegurarse de eso, los uniformados escoltaron a los hinchas amarillos por una ruta específica hacia el estadio ubicado en el centro de Guayaquil.

La Sur Oscura, barra brava de Barcelona, se reunió en los exteriores de la Universidad Estatal, cerca del Malecón del Salado. Por su parte, la Boca del Pozo, identificada con Emelec, acudió directamente al Capwell.

A las 15:00 estaba planificado que se abrieran las puertas del escenario para el ingreso de la multitud que abarrotaba el estadio azul, ya que las más de 21.000 entradas que salieron a la venta finalmente se agotaron. Fue una verdadera fiesta. Guayaquil disfrutó de un partido con muchas emociones.

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