Los espectadores se levantaron de sus asientos, su rival quería casi disculparse y Kim Clijsters sonreía. La carrera de la carismática belga terminó antes de lo esperado al caer en la segunda ronda del US Open ante la británica Laura Robson. Después de Nueva York, ya no habrá más tenis.

Robson tuvo el peor papel, el de derrotar a la preferida de la afición, Clijsters, que ganó en tres ocasiones en Flushing Meadows, donde este miércoles dijo adiós de forma definitiva a su carrera.

"Aquí, en 2005, se hizo realidad uno de mis mayores sueños. Es el sitio ideal para retirarse", dijo la belga de 29 años en la cancha central, la más grande del mundo.

La belga se marcha con cuatro títulos de Grand Slam en su bolsillo, entre ellos tres US Open (2005, 2009 y 2010) y el Abierto de Australia de 2011. Fue también número uno del mundo, pero sobre todo fue querida y respetada por todo el circuito del tenis.

"Fue un placer conocerte", expresó en Twitter segundos después de la derrota el jugador estadounidense Andy Roddick. "Es una pena ver que Kim deja el circuito. Es una persona maravillosa. Todos la echaremos de menos", dijo la tenista alemana Julia Görges.

"Estoy feliz y también un poco orgullosa de lo que he logrado", dijo ya en rueda de prensa, minutos después de haberse despedido del público neoyorquino. Esta vez no habrá más regresos, reveló Clijsters. "Le he dicho a mi hija: Cuando termine este torneo, pasaré más tiempo contigo".

Clijsters sigue en competencia en el último Grand Slam del año pero en categoría dobles y dobles mixtos.