Los hinchas de Liga Deportiva Universitaria y El Nacional en la década del 80 e inicios del 90, todavía guardan gratos recuerdos del hábil y escurridizo puntero izquierdo José Vicente Moreno, dueño de una gambeta impredecible que casi siempre terminaba con el balón en las redes contrarias.

Su quehacer futbolístico profesional comenzó a tener resonancia nacional vistiendo los colores albos en 1983 al anotar 13 tantos; el año siguiente incrementó su capacidad ofensiva con 21 dianas, aunque en 1986 solo hizo 14 hasta cerrar un importante capítulo con los universitarios en 1987 convirtiendo 20 goles.

Reapareció en el fútbol capitalino con el uniforme militar en 1989 y contribuyó con 13 dianas, dos años más tarde logró 11 tantos con la misma divisa y prácticamente ese fue el cierre de una exitosa carrera futbolística activa.

Sus primeras experiencias como entrenador-jugador las tuvo en el equipo   amateur Juan de Salinas entre 1994 y 1996; posteriormente y como estratega, lo hizo en las  divisiones menores de Liga Deportiva Universitaria en 1998 y en el Colegio de Liga, logrando varias distinciones  en el plano personal así como por sus equipos en las divisiones formativas de la AFNA.

Su tiempo también lo compartió con otras actividades, como ejecutivo de ventas en una empresa ecuatoriana. Ese “gusanito del fútbol” le volvió a picar y provocó su retorno al balompié, pero para iniciar cursos de formación para entrenadores en LDU; su afán por seguir perfeccionándose en esta nueva profesión lo llevó a España, donde en   2001 efectuó la primera incursión en un curso de Recicatge o Refuerzo en Tortosa.

Fue ahí que siguió una serie de cursos de niveles 1 y 2 en el Centro de Alto Rendimiento de la Escuela de Entrenadores de la Real Federación Catalana de Fútbol, en la que obtuvo el título de instructor de fútbol base nivel 1 y luego concluyó el curso de nivel 2, que lo capacitó para dirigir equipos de la división B de España.

Posteriormente continuó los estudios superiores en esta rama y obtuvo el título de entrenador de fútbol y estrenó su cartón dirigiendo al  Trinidad Vella, de la Segunda Territorial de Barcelona, España. En 2009 regresó al país y ejerció su nueva profesión en la categoría de reserva del club Espoli como asistente técnico y luego la dirección del primer plantel en  8 cotejos.

En el club Imbabura también fue entrenador de reserva  y en el Valle del Chota, DT en la primera divisional B. Admite que su actual equipo (Aucas), que hoy (11:30) recibe al Clan Juvenil, todavía no logra un juego de gran nivel, pero en términos generales se sujeta a la programación acorde a sus necesidades.

“Paulatinamente se está afianzado el sistema y la solidez del grupo que en un 80% está integrado por nuevos jugadores, de la base del año anterior apenas continúan cinco futbolistas de quienes tres o cuatro son titulares, el resto es gente que recién se sumó al plantel y todo es cuestión de tiempo y de los partidos”, anota el ex seleccionado nacional.

Considera que Aucas es un equipo competitivo, aunque no está conforme con el nivel de los juveniles que todavía no alcanzan su dimensión, con excepción de uno de ellos (Edwin Méndez) que ha mostrado regularidad. Sin embargo hay un margen de tolerancia porque “son muchachos que han entrado acá a aprender y mejorar, pero eso les va a costar un poco de trabajo y en ese aspecto tenemos que mejorar “, sostiene el DT.

Advierte que el plantel se ha adaptado a su filosofía de trabajo y una prueba de aquello ha sido jugar en canchas como la de Chillogallo, en la que el equipo lo hace a uno o dos toques, con salidas en velocidad con el balón pero con cambios de orientación, detalle que “a veces la hinchada no entiende que es una forma de contrarrestar a las defensas cerradas y en eso estamos mejorando, día a día el equipo se muestra más rápido y compacto, tácticamente está bien”.

Aucas también ha probado su capacidad futbolística en canchas difíciles y complicadas como la de Tabacundo, en la que no se ha podido jugar a ras de césped, hecho que implica variantes y en buena medida. “Eso va a pasar en otros campos y los jugadores deben adaptarse, entiendo que en el nacional será otra cosa porque los equipos tendrán que proponer y nosotros tenemos que jugar muy tácticos y ordenados como visitantes, porque para mí los objetivos, como son los ascensos, se logran afuera y ventajosamente estamos ganando,  siendo fuertes de locales que es lo que nos puede dar esa satisfacción”, dice.

La experiencia  de varios jugadores es un plus del que dispone el cuadro oriental y esta pesa mucho. “Yo como técnico puedo gritar de afuera, a veces no me escuchan, pero hay jugadores como Gustavo (Figueroa), Omar (De Jesús), Willy (Sánchez) y ahora Jaime (Kaviedes), ellos saben lo que nosotros jugamos, yo hablo aparte con ellos y lo tienen muy asumido  al momento de las variantes”. (FMR)