Johnny Herrera, portero de la U de Chile, imputado por conducir ebrio
El portero de la Universidad de Chile Johnny Herrera fue acusado formalmente este jueves por los delitos de conducción en estado de embriaguez y obtención fraudulenta de una licencia de conducir, informaron fuentes judiciales.
El guardameta, considerado uno de los mejores de Sudamérica, quedó no obstante en libertad, bajo la medida cautelar de firmar cada quince días un control en la comisaría de Carabineros de su barrio, a partir del próximo 9 de noviembre.
Así lo determinó, tras una audiencia de apenas ocho minutos, la jueza Andrea Santander Guerra, del Juzgado de Garantía y Letras de la localidad costera de Quintero, a unos 150 kilómetros al noroeste de Santiago.
La jueza, además, impuso un plazo de 60 días para investigar los hechos ocurridos el pasado 17 de septiembre, cuando el jugador de la U fue detenido mientas conducía bajo los efectos del alcohol, tras salir de una fonda (cantina y sala de baile que se instalan durante las Fiestas Patrias) en el balneario de Maintencillo, vecino a Quintero.
Según el test de alcoholemia al que fue sometido por la policía ese día, Herrera tenía 1,06 gramos de alcohol por litro de sangre, pero posteriormente dio una concentración de 0,81.
En Chile, se considera que una persona está bajo la influencia del alcohol a partir de los 0,30 gramos y en estado de ebriedad desde los 0,80.
Algunos hinchas de la U se manifestaron en las afueras del juzgado, durante la audiencia, a favor de Herrera, que se retiró del lugar sin hacer declaraciones, mientras su abogado, Felipe Barroel, dijo que el arquero "está tranquilo y quiere colaborar al máximo con la investigación".
Según el fiscal del caso, Mauricio Dünner, de ser hallado culpable Herrera podría ser condenado a una pena de entre 541 días y tres años de prisión por la licencia fraudulenta y a otra de entre 61 y 541 días por conducir en estado de ebriedad, a lo que se suman dos años de suspensión de licencia y una multa.
Este incidente fue el segundo de este tipo protagonizado por Herrera, aunque no de la gravedad del ocurrido en diciembre de 2009, cuando fue procesado por cuasidelito de homicidio (homicidio culposo) después de atropellar con resultado de muerte a la universitaria Macarena Casassus, de 22 años, mientras conducía bajo la influencia del alcohol.
En esa oportunidad, el futbolista llegó a un acuerdo con la familia de la joven y pagó 25 millones de pesos (unos 50.000 dólares) para compensar el daño ocasionado, aunque ahora la Fiscalía busca reabrir el caso para llegar a un juicio oral contra el futbolista.