Tres incidentes violentos se registraron en los últimos siete días entre los aficionados que alientan a los equipos de fútbol. Una vida se perdió como producto de esa conducta. Además, un jugador debió ir al centro médico por asfixia tras recibir gas lacrimógeno en su rostro.

Guayaquil, Quevedo y Quito fueron las ciudades en las que sucedieron estas agresiones y eso obligó a las autoridades deportivas nacionales a recurrir a expertos de Gran Bretaña para que compartan sus experiencias en el control de la violencia en ese país.

Chistopher Whalley, director de seguridad en estadios de la Federación Inglesa de Fúbol, y Bryan Drew, director de la Unidad de Policía de Fútbol de Reino Unido, iniciaron desde ayer un ciclo de conferencias en Quito y, posteriormente, en Guayaquil, para las autoridades locales y nacionales. La idea es que sepa cómo ellos enfrentaron la violencia.

Whalley aclaró que para lograr la seguridad que al momento tienen debieron sortear varios incidentes que los llevó a estructurar la “Guía verde” que contiene los reglamentos y normas que deben observar los 92 equipos profesionales para que sus escenarios sean calificados por los gobiernos locales.

Parte de las exigencias es poseer circuito cerrado de cámaras, cuyas imágenes sirven como pruebas para procesar a los aficionados violentos. “Existe una  relación directa entre los clubes, el gobierno local y la policía, de esa manera se logra dar seguridad en cada partido”, dijo Whalley.

Por su parte, Drew indicó que ninguna entidad puede enfrentarse sola a estos problemas. “Tiene que haber un claro marco legal que asigne responsabilidades concretas”.

En Inglaterra se vivieron dos momentos trágicos en 1985 y 1989, que dejaron 152 personas fallecidas en total, pero  en ninguna fue la violencia la causante de las pérdidas. “Fueron otro tipo de responsabilidades las que provocaron esa catástrofe y eso nos hizo ver que no solo era cuestión de impedir el ingreso de los ‘hooligans” sino mirar otros aspectos como la infraestructura”. En los últimos 20 años en Gran Bretaña se han construido 34 escenarios con nuevas tecnologías.