Impresionante, sensacional, épico, inolvidable, así se puede catalogar la hazaña de Catherine Ibargüen, la atleta colombiana que ganó la primera medalla de oro para su país en un Mundial de Atletismo de mayores, ayer en Moscú (Rusia), tras lograr un registro de 14 metros 85 centésimas en su segundo intento.

La plata quedó en poder de la rusa Ekaterina Konva, con 14.81 metros y el bronce se lo dejó a Olha Saladuha (Ucrania), quien logró el tercer puesto con 14.65 metros.  

Ibargüen lo hizo a pulso, dominó los tiempos y siempre saltó en busca de su mejor registro. Falló en tres ocasiones, en la primera, en la quinta y en la última, pero ya tenía en el bolsillo la medalla, aunque no se podía confiar.   

Cada vez que terminó un salto, el técnico cubano Ubaldo Duany le habló, la animó, no la abrumó y más bien le dio consejos. “No dejes para el último salto los 15 metros”, le dijo su DT. Ella, con su cabeza, siempre le dijo que sí.

Hace  dos años, en el Mundial de Daegu (Corea), Ibargüen ganó bronce. Terminó en el podio del salto triple con un registro de 14.84 metros. El oro fue para Saladuha con 14,94 m y la plata para Olga Rypakova (Kazajistán), con 14,89 m.

Ibargüen es líder sólida en el salto triple de la Liga de Diamante. El espectáculo en esta edición ha sido el mano a mano de la colombiana con Saladuha, rivalidad que se mantiene desde hace años y que el año pasado se vivió de cerca en los Juegos Olímpicos de Londres, cuando Ibargüen se quedó con  la  medalla de plata y la ucraniana con el bronce.

La victoria de la atleta antioqueña no es solo el triunfo de Colombia sino también de Sudamérica, ya que esta es la primera medalla que alcanza el continente en el Mundial de Atletismo de Rusia.