Desde Argentina.-

Alguna vez, en los tiempos no tan lejanos de Diego Maradona como técnico, la selección argentina fue “Mascherano más diez”. Su gran rendimiento, su espíritu contagioso, ese modo de correr todas las pelotas como si en ella estuviera el secreto de la vida, hicieron de él un referente ineludible, al punto de convertirlo en capitán por sobre hombres más experimentados y por sobre chicos como Lio Messi que ya tenía luz de estrella.

Sin embargo, la traumática eliminación en Alemania arrasó con todo. Fue despedida de Maradona y Javier Mascherano perdió esa cinta que identifica a los líderes de equipo. No solo eso: también llegaron los cuestionamientos por lo que se hacía en el campo de juego y fuera de él, y eso derivó en un prolongado silencio del volante, que recién en vísperas de este partido con Ecuador reanudó el trato con la prensa argentina.

¿Aún le duelen algunas críticas?

Es mentira que nosotros como grupo no hayamos respaldado a Maradona. Tampoco es cuestión de salir a gritarlo por ahí, sino de hablar en la cancha. La verdad es que es muy triste escuchar cosas como esa. Ningún jugador estuvo en contra de los intereses del DT, es de locos pensar algo como eso, ni se me ocurriría.

Durante las eliminatorias, la cancha de River estuvo lejos de llenarse, pero ahora promete estar lleno el Monumental
Hace mucho que no logramos ningún objetivo grande y eso duele. De hecho, yo tuve unas cuantas cosas para celebrar con el Barcelona, pero la alegría nunca fue completa. Tenemos claro que la gente quiere ver a Argentina ganar y volver a ver un equipo protagonista, y nosotros queremos cumplir con ese deseo antes de irnos a descansar.

¿Antes de las vacaciones también tienen el amistoso con Brasil, en Estados Unidos?

Sí, pero nosotros no estamos pensando en eso. Lo importante es Ecuador, que será un rival duro, y son las eliminatorias, ya tendremos tiempo de ocuparnos de lo demás. Hay que ganar estos tres puntos, serán muy importantes para adquirir tranquilidad porque la próxima fecha quedamos libres.

¿Es más grande la presión en la medida en que pasan los años sin resultados?

Claro, todos lo sabemos. La presión crece sobre los más grandes, sobre los que más tiempo llevamos en la selección y la asumimos. Nosotros somos los que nos tenemos que hacer cargo de este momento y liberar a los más jóvenes para que jueguen más tranquilos.

¿Y qué pasa si los resultados no se dan y las cosas no cambian?

Bueno, el día que sienta que no puedo ayudar a cambiar las cosas, daré un paso al costado. Pero tengo esperanzas en este proyecto, es fundamental tener un plan porque los equipos que a la larga consiguen cosas son los que apuestan a un trabajo serio y a largo plazo. Eso puede verse en el Barcelona a nivel  clubes o en la selección de España.

En el Barcelona juega de zaguero central. ¿En la selección va a volver a su puesto de volante central?

La verdad es que hace tiempo que no juego en el medio, pero no es una posición que desconozca porque de hecho es mi puesto natural. Voy a jugar donde el técnico lo necesite y lo crea conveniente.

¿Perjudica a los volantes de marca un sistema tan ofensivo como el que está planteando Sabella para este partido?

No, la verdad es que no interesa si jugamos con dos o tres delanteros, sino cómo rindamos y lo que demos dentro de la cancha. El equipo todavía no está afirmado y entonces es lógico que el técnico haga modificaciones y trate de encontrar lo mejor.