Hasta clases de psicología, ética e inglés deben recibir los réferis
“Los jueces debemos tener todo bajo control, nunca ponernos de tú a tú, irnos a los insultos con los hinchas o con los jugadores; eso sería caer en su juego”, manifiesta Luis Muentes, presidente de la Asociación de Árbitros de Guayas (AAFG), al referirse a las características esenciales que debe tener una persona para dedicarse al arbitraje.
Muentes quiere dejar de lado la rencilla que provocó el paro de los réferis hace una semana y que causó la paralización del Campeonato Nacional 2012. El encargado de fomentar árbitros en la provincia asegura que lo “positivo es que se haya llegado a un acuerdo por el fútbol ecuatoriano”.
“El diálogo fue la mejor manera de solucionar el conflicto entre ambas partes. Ahora a disfrutar del fútbol y yo, por mi parte, a seguir recogiendo carpetas de jóvenes aspirantes para árbitros”, suelta Muentes, y añade que este año se abrirá un curso para colegiados, ya que en 2009 salió la última promoción en Guayas.
En aquella temporada consiguieron su título 22 réferis, tras estudiar 10 meses, de los cuales, la mayoría ha ascendido ya a segunda categoría.
“Cada año se les hace una evaluación física y teórica para saber si están aptos para subir de escalafón”, señala el titular de la AAFG.
Hasta el momento, en Guayas hay más de 30 árbitros activos. A finales de este año se espera aumentar esa cifra con el curso que iniciará en marzo. Para acceder a la carrera se deben pagar $ 50 de inscripción y la misma cantidad de mensualidad. Las clases teóricas se imparten en el auditorio de la AAFG, ubicado en la Cdla. Guayacanes, y las prácticas en el estadio Modelo o la cancha de Fedenador.
Muentes es categórico cuando dice que en la “carrera más peligrosa del mundo” hay que tener temple, coraje, pero sobre todo perseverancia: “Ser árbitro es una profesión muy difícil, a mi parecer, pero así como otras, hay que saber llevarse con los protagonistas. “Además, el réferi debe tener buen físico para correr toda la cancha, además de ubicación... pero eso se aprende con la técnica arbitral”, se explaya Muentes.
Para manejar las situaciones complejas, las asociaciones tienen dentro de su malla curricular materias como psicología deportiva y ética. Todo esto apoyado con asignaturas donde se explican las reglas del juego, técnica arbitral, medicina, legislación deportiva e inglés.
“Lo que se busca con todo esto es formar buenos elementos”, asegura, escueto y preciso, Carlos Villavicencio, titular de la Aso. de Manabí, que también estuvo presente en la rueda de prensa en la que se anunció la reanudación del torneo.
Villavicencio ratificó en dicha cita que nunca estuvo de acuerdo con la paralización del certamen y que la medida tomada por sus colegas fue un poco apresurada. Sin embargo, concuerda con todo lo que solicitaron a la Ecuafútbol.
“Ser calificados y designados por personas capaces y que tengan experiencia en el arbitraje es lo justo y en eso nos dio la razón el presidente Chiriboga”.
En relación con el prospecto ideal de juez de fútbol, recalca que la profesión es “maravillosa”, pero conlleva sus riesgos. “Dentro o fuera del estadio, uno corre el peligro de ser agredido por los malos hinchas que siempre ven como culpable de la derrota de su equipo al réferi”.
El directivo manabita comenta que este año en su provincia se abrirá un curso con mejores propuestas. “He oído de personas que se sienten atraídas por esta profesión, pero que han desistido por el riesgo físico que corren”.
Sobre las características que los réferis deben tener, el dirigente de la Aso. de Manabí hace énfasis en que la FIFA es muy estricta para escoger a los árbitros, “aunque acá en el país los directivos son un poco más flexibles. Para el máximo organismo del balompié, un árbitro no puede medir menos de 1,70 m; algo que en Ecuador no cumplimos, al menos no con los que dirigen en categorías menores y torneos de segunda”, detalla.
Existen 4 divisiones. La cuarta abarca pitar en torneos infantiles y de segunda. Para ascender se debe rendir un examen teórico y práctico cada año; y conforme vaya desarrollándose el árbitro, podrá pitar en la serie “B” hasta estar listo para la “A”, donde la presión es, desde luego, mayor.
Sobre la nueva camada de árbitros, Villavicencio comenta que serán más estrictos. La documentación que deben presentar los aspirantes es completa: cédula, carnet de votación, libreta militar, partida de nacimiento, récord policial y título de bachiller.
Por su parte, Alfredo Intriago, titular de la Asociación de Árbitros del Ecuador, asegura que el problema entre el gremio arbitral y la FEF quedó zanjado. El juez asegura estar enfocado para dirigir el clásico capitalino del domingo (11:30) entre el D. Quito y Liga (Q), en el Atahualpa, y espera que haya un buen ambiente en el cotejo. “No tengo por qué temer algún tipo de reclamo, ya que cuando hay lógica en lo que se solicita y los argumentos son válidos, el tiempo te dará la razón”.
“Si me dicen cosas desde las tribunas (los hinchas), igualmente yo tengo que cumplir mi trabajo, ya que no mezclo mi labor en la cancha con los sentimientos que puedan aflorar en ese momento. Por otra parte, la gente debe ir al estadio para apoyar a sus equipos y los jugadores centrarse en cumplir sobre el campo”.
Al ser consultado acerca de si teme ser víctima de algún tipo de represalia por haber estado al frente del reclamo, manifiesta: “Mientras me encuentre activo estaré expuesto a todo tipo de consecuencias, pero debo asumir la postura de líder y velar por el bien de la asociación. Personalmente, puedo perder mucho en lo profesional, pero se puede ganar mucho como gremio”.
El central con escarapela FIFA comenta que cuando asumió el liderazgo en dicha asociación, entendió que “su espacio como profesional debe quedar muchas veces mermado por el de velar por el bienestar global. Han sido momentos difíciles, pero estoy satisfecho, ya que nos propusimos metas y las hemos ido cumpliendo”.
Respecto a la cohesión de los jueces al momento de paralizar sus actividades, sentencia, contundente: “Nuestra institución siempre estuvo unida. Todos nuestros reclamos estaban amparados por el sentido común”.