Hace una década se “encarnó” en hito histórico el “Sí se puede”
Lágrimas de emoción, gritos incontenibles de triunfo y la euforia total de un país que se unió como nunca antes, para alentar a su selección y llevarla por primera vez a un mundial de fútbol, fue el panorama que vivió Ecuador hace una década, el 7 de noviembre, cuando empató 1-1 con Uruguay en el estadio Olímpico Atahualpa y logró acceder a la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002.
Esa imagen está impregnada en la mente de los 18 protagonistas directos de la hazaña. Once fueron titulares y siete esperaron con paciencia su oportunidad en la banca. Al recordarlo, la nostalgia invade a cada jugador que participó en esa fecha histórica.
Incluso algunos tienen que respirar hondamente para contener la emoción e impedir que las lágrimas rueden por su rostro. De los 11 inicialistas, 6 continúan en actividad.
Los defensas Ulises De la Cruz (Liga de Quito), Iván Hurtado (Barcelona) y Giovanny Espinoza (Unión Española de Chile); los volantes Édwin Tenorio (Imbabura) y Édison Méndez (Emelec), así como el delantero Iván Kaviedes (El Nacional), estuvieron en el campo. El arquero José Francisco Cevallos dejó este año el balompié y asumió como ministro del Deporte. Del defensa Raúl Guerrón, poco se conoce.
Los mediocampistas Alfonso Obregón y Kléver Chalá están dedicados a negocios particulares. El “Paragua” tiene una escuela de fútbol en su natal Portoviejo y Chalá se dedica al comercio de mercadería. El restante de la lista es el goleador Agustín Delgado que es el presidente del club Valle del Chota.
De los alternantes de ese memorable día siguen en la carrera futbolística el arquero Johvani Ibarra (Imbabura) y el volante Wellington Sánchez (Independiente del Valle). El mediocampista Álex Aguinaga se graduó de entrenador y dirigió este año al Barcelona, mientras que Luis Gómez ahora es funcionario del Ministerio del Deporte. Augusto Poroso y Ángel Fernández tienen participación esporádica en equipos de segunda división. Solo de Guerrón no se sabe con precisión su ocupación actual.
Los 10 años transcurridos se reflejan en el físico de los jugadores. Varios aumentaron de peso, tienen barba y hasta tatuajes que no tenían en ese momento, como es el caso del autor de ese gol agónico, Jaime Iván Kaviedes, quien puso la igualdad al minuto 72 con un preciso cabezazo que enloqueció al país. En el primer período, a los 43 minutos, se adelantó en el marcador el “charrúa” Nicolás Olivera a través de un tiro penal, tras una falta del zaguero Giovanny Espinoza.
El “Nine”, aún en actividad, anhela participar en estas eliminatorias y llevar a Ecuador a otro Mundial. Incluso, soñó que eso ocurrirá el 20 de noviembre de 2013, en un partido frente al mismo rival, Uruguay. En esa ocasión el gol no llegará de cabeza, sino de una jugada personal y un remate frontal. El delantero ya estuvo invitado a una convocatoria por el DT Reinaldo Rueda en un par de amistosos.
Pese a la década transcurrida, la sensibilidad del instante se mantiene latente en el ex golero José Francisco Cevallos, quien en esa eliminatoria se ganó con mérito el apodo de “Las manos del Ecuador”.
El último viernes pudo pisar otra vez ese gramado, ahora con terno y corbata. “Realmente es muy emocionante estar de nuevo aquí en el arco donde me desaté en llanto. Lo más precioso que recuerdo es la unión del país y ese convencimiento de que podíamos. Nunca olvidaré todo el respaldo que nos dieron y la satisfacción de darle esa alegría al pueblo ecuatoriano”.
Pepe Pancho enfatiza que fue la armonía de todos los actores el factor que los llevó a la clasificación. “Se dejó de lado el regionalismo, no había jugadores de Costa y Sierra, ni dirigentes de ambos sectores, simplemente éramos la selección de Ecuador y así lo sentimos”.
Mientras habla su mirada se dirige a los graderíos, hace una pausa para tomar un respiro profundo. Para él, la clasificación fue el reconocimiento general del país a su labor. Antes lo había sentido pero solo de la hinchada de Barcelona. “Esto fue mejor porque era el tributo del pueblo de todo Ecuador sin importar que yo fuera de la Costa”.
El goleador de aquella eliminatoria con 9 anotaciones y quizás el más recordado por su aporte, Agustín Delgado, es más sereno para recordar esos instantes. El “Tin” cuenta que el técnico colombiano Hernán Gómez impulsó a los jugadores a creer en sus capacidades y supo escogerlos en cada partido.
“Fue él quien cambió la mentalidad del futbolista, nos hizo convencer de nuestra valía, de que podíamos pararnos de igual a igual con los mejores del mundo y así lo hicimos. Pudimos hacer del sueño de todos una hermosa realidad”.
Delgado se siente agradecido por todo lo que le brindó el fútbol (bienes materiales y amigos) y está satisfecho por toda la entrega que dejó en la cancha. Pero se fue con una espina en el corazón.
No logró destacar en el fútbol europeo. Apenas tuvo actividad en los cerca de 11 meses que estuvo en el Southampton de Inglaterra entre 2002 y 2003. “Quise consagrarme ahí, pero mi lesión en la columna conspiró contra mi ilusión. No pude repetir la actuación que tuve en México con Necaxa y el Cruz Azul”.
El “Tin” acota que la clasificación no cambió su vida cotidiana, solo su historial deportivo. “Siempre quedará en el recuerdo que yo formé parte de la primera clasificación y que además cumplí en Corea y Japón mi sueño de anotar un gol en el Mundial. Esas son cosas que jamás se borrarán de mi mente”.
Para el capitán de ese partido, el esmeraldeño Iván Hurtado, el recuerdo más claro es el de la noche del 6 de noviembre. “Estábamos en Parcayacu, todos sabíamos la responsabilidad que teníamos. Nadie estaba tranquilo. Todos sentíamos ansiedad de ya entrar a la cancha del Atahualpa y jugar el partido para terminar con la espera”.
Horas antes del encuentro que se jugó a las 16:00, según el “Bam Bam”, en el camerino se escuchaban los cánticos de aliento desde las gradas. “Nosotros queríamos clasificar en casa, con nuestros hinchas, sabíamos que no podíamos perder”.
Ya en el partido, “el gol de Uruguay nos cayó como un balde de agua fría, pero igual mantuvimos la calma. Sabíamos que teníamos que ser constantes y el gol de Kaviedes llegó en el mejor momento. El empate daba todo por resuelto. Tratamos de mantener el resultado con (Paolo) Montero, el capitán de ellos. Los uruguayos sabían que nosotros podíamos darle la vuelta al partido, por eso los dos equipos nos aguantamos un poco, ya que con el resultado nosotros clasificábamos directo y ellos iban al repechaje”.
Para Hurtado, los minutos parecían más largos... “cuando el árbitro (Felipe Ramos, de México) pitó, sentí que era el mejor momento de mi vida, solo se me cruzó una frase por la mente: misión cumplida. Le agradecimos al público, algunos lloraron de alegría, fueron momentos increíbles debíamos pellizcarnos para saber si era verdad. El país necesitaba esa alegría”.
Un capítulo aparte merece el único jugador de esa clasificación que aún continúa en la “Tricolor”, el volante Édison Méndez, quien este año cumplió su partido 100 con la camiseta ecuatoriana (en un amistoso ante Jamaica disputado en septiembre pasado en el Atahualpa).
El “Kinito” fue nuevamente llamado al equipo patrio para las fechas eliminatorias que cumplirá Ecuador ante Paraguay y Perú (11 y 15 de este mes, respectivamente). “Es un honor representar al país. Estoy convencido de que esta vez clasificaremos a nuestro tercer mundial porque hay muy buenos jugadores”.
La chance de clasificar otra vez
Con un solo cotejo disputado y ganado ante Venezuela (2-0) en el inicio del proceso eliminatorio rumbo a Brasil 2014, bajo la dirección del entrenador colombiano Reinaldo Rueda, la opción de acceder a un tercer mundial está cercana, según los ex seleccionados.
“El equipo que hoy tiene Ecuador es joven, pero con un mayor recorrido internacional. Los jugadores se han consagrado a nivel de América y Europa y eso es algo de lo que carecimos en nuestro tiempo. Eso nos da la pauta de creer en la posibilidad de ir a un nuevo mundial”, sostiene Cevallos. La trayectoria de la que hoy gozan futbolistas como Antonio Valencia en el Manchester United de Inglaterra o Cristian Benítez en el América de México es la antesala de un mejor desempeño ya inscritos en la Copa del Mundo.
“En cada mundial fuimos superando etapas, ahora no solo debe darse la clasificación, sino acceder por lo menos a cuartos de final y así mejorar la última actuación que nos dejó en octavos”, agrega el “Tin” Delgado. (VN/MR/DP)