La bandera  “albiceleste” flameó en lo alto del coliseo Luis Leoro Franco de Ibarra para saludar el doble triunfo de la delegación de Guayas, que se impuso en las dos finales de baloncesto (masculino y femenino) a su similar de Manabí, en el marco de los III Juegos Nacionales Juveniles “Imbabura 2012” que finalizó ayer y hasta el cierre de esta edición mantuvo el segundo lugar en el medallero detrás de Pichincha.

La “garra manaba”, que se leía en el dorso de la indumentaria de los seleccionados de esa provincia, se puso a prueba y por momentos superó a los contrincantes, mas no supieron conservar la ventaja y al final debieron conformarse con la segunda posición.

En el primer turno, el quinteto femenino, que lució los clásicos colores rojo, verde y blanco, estuvo atento a las jugadas e indicaciones de su técnico Terry Pino.

Ellas protagonizaron un duelo muy parejo con las guayasenses que lucieron mayor experiencia y ante todo serenidad para controlar la pelota y acelerar si era necesario.

En el grupo fue clave la enseñanza que imparte el argentino Miguel  Salvitelli, quien administró con certeza cada minuto de tiempo solicitado para alguna disposición en la cancha. En los graderíos, una vez más, Ibarra demostró que existe gran afición por el deporte de la canasta, por lo que en la final masculina el coliseo registró no menos de unas 1.500 personas, que ingresaron -como a todos los eventos de los Juegos Nacionales- de forma gratuita.

Uno, dos y hasta diez puntos logró llevar adelante Guayas y alternar también con la ventaja alcanzada por el quinteto de Manabí.

Conforme transcurría el tiempo el duelo se hizo más intenso, pero en los últimos minutos a las manabitas les faltó concentración y confianza para igualar y  superar al equipo rival. No lograron emparejar las acciones y  cayeron por 60 a 68.

El desconsuelo por dejar escapar la medalla dorada fue evidente en los rostros de las chiquillas. Sin embargo, rápidamente olvidaron lo sucedido y resolvieron sentarse en los graderíos para alentar la revancha de sus compañeros y coterráneos en el duelo masculino.

A la cancha del coliseo saltó un quinteto guayasense mucho más confiado y motivado, mientras el adversario lució más cauto.

Ya en el cotejo, desde las gradas, las chicas manabitas  se convirtieron en la barra más bulliciosa y entusiasta de la jornada.  Cobijadas con la tricolor de su provincia motivaron a los chicos en su exhibición. En varones las situaciones fueron aún más parejas y eso se reflejó en el marcador en el que la diferencia máxima fue hasta el tercer cuarto de 4 puntos.

Para el último período, la temperatura dentro de la cancha subió a su punto más alto y las fricciones entre los equipos comenzaron a surgir. El cotejo debió interrumpirse para calmar los ánimos  de ambas escuadras. Debieron ingresar técnicos y asistentes para impedir que las cosas se compliquen más.

Como medida de castigo, el árbitro expulsó a 8 jugadores, lo que dejó en la banca manabita  solo un cambio y en la guayasense dos.

En el reinicio de las acciones, la adrenalina aumentó en el cuadro manabita que se desesperó por incrementar una ventaja de 2 puntos y desaprovechó  los tiros libres que le hubiesen dado más  diferencia, mientras el rival dosificó sus energías y estuvo certero para definir desde larga distancia.

Los manabitas se exigieron al extremo físicamente y sufrieron calambres que a Leonardo  Bermúdez le imposibilitaron continuar. Por ello, Guayas pudo imponerse con tranquilidad por 84 a 76 y llevarse la medalla dorada. Para celebrarlo todos se bañaron en cerveza. Del lado manabita el desconsuelo era evidente, sobre todo en Bermúdez, que quiso ayudar a su equipo, pero un dolor muscular no se lo permitió.