No importa el país, el fútbol es el deporte por excelencia que mueve masas y genera emociones y no solo en las gradas sino con mayor fuerza en el terreno de juego. Y es esa misma euforia la que provoca que los jugadores celebren con más emoción sus goles. Sin embargo, existen momentos, durante el juego, que ponen los nervios de punta a los aficionados y, sobre todo, a los jugadores. Se trata de los tiros con pelota parada, tiros de esquina, tiros libre y más los tiros penal.

En los tiros desde los 12 pasos el tiempo corre lento, el sudor se vuelve más denso, los hinchas se comen las uñas, aprietan las manos y todo depende de dos jugadores: el arquero y quien ejecute la pena máxima.

Antes el penal era cobrado y era o no era gol, sin embargo, con el paso del tiempo y el avance de la tecnología las cosas no son tan así. Las cámaras llegaron para asistir a los árbitros al punto que puedan ser más rigurosos al momento de aplicar las reglas en este tipo de cobros.

Por ejemplo, invasión de cancha de los jugadores, esto provoca que el penalti sea anulado y tenga que repetirse. No obstante, hay una regla que se ha convertido en el dolor de cabeza de los porteros: tener al menos un pie en la línea final al momento de tapar.

Si el portero da un salto previo al cobro y no está pisando la línea, el penal se repite le guste o no al jugador, al equipo o a la hinchada, esa es la regla y esto sucedió en un partido disputado en el fútbol inglés.

Allí el penal no se cobró una ni dos veces, fueron tres las ocasiones en las que el futbolista tuvo que cobrar el tiro con un mismo resultado: falló en los tres intentos.

En el primero lo lanzó a la izquierda, el portero lo atajó, pero los jueces detectaron que no pisó la línea y tuvo que repetirse. El segundo, el futbolista lo cobró una vez más a la izquierda y esta vez el arquero dio un salto y lo atajó provocando que el penal se repita por la misma razón y hasta se ganó una tarjeta amarilla.

Ya en la tercera ocasión el árbitro se acercó al arquero, le explicó lo que no tenía que hacer, que tiene que tener un pie en la línea, hasta con señas. El portero asentó la cabeza en señal de haber entendido, se quedó firme y esperó el cobro. Esta vez el futbolista eligió la derecha del arco y nuevamente le atajaron el tiro penal.

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— Out Of Context Football (@nocontextfooty) September 5, 2023