Furor de críticas en el Reino Unido por comentarios de Blatter sobre racismo
Unas declaraciones del presidente de la FIFA, Sepp Blatter, en las que restaba importancia al racismo en el fútbol, desataron hoy un aluvión de críticas en el Reino Unido e hicieron que el Gobierno británico pidiese su dimisión.
En entrevistas con cadenas de televisión como Al Jazeera y CNN, el máximo responsable de la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol aseguró ayer que los insultos racistas en el campo se solucionan con un apretón de manos.
Los comentarios del suizo indignaron hoy a deportistas y políticos del Reino Unido, un país especialmente sensible a la problemática del racismo en el deporte.
Actualmente la Federación Inglesa de Fútbol (FA) investiga por insultos racistas al capitán de la selección nacional y jugador del Chelsea, John Terry, y al jugador del Liverpool Luis Suárez, dos casos que han tenido un gran impacto en el mundo del deporte británico, con tolerancia cero hacia ese tipo de actitudes.
El secretario de Estado de Deportes británico, Hugh Robertson, se puso hoy a la cabeza a la hora de exigir la dimisión de Blatter al considerar que el asunto "es increíblemente serio" y "forma parte de un patrón de comportamiento" del suizo.
Por su parte, el líder de la oposición británica, el laborista Ed Miliband, calificó hoy de "vergüenza" los comentarios y consideró también que el mundo del fútbol necesita un nuevo líder.
La reacción contundente de los jugadores llegó a través de Gordon Taylor, presidente de la Asociación Profesional de Futbolistas, quien también reclamó la dimisión del presidente de la FIFA, en el cargo desde 1998.
En declaraciones a la BBC, Taylor dijo que, tras ver la corrupción de ese organismo internacional, siente que esta última polémica "es la gota que colma el vaso".
De manera bastante personal se tomó la controversia el jugador del Manchester United Rio Ferdinand, que protagonizó una guerra de palabras a través de Twitter con Blatter.
"Tus comentarios sobre racismo son condescendientes y casi irrisorios. Si los hinchas nos insultan desde las gradas y les damos la mano, ¿todo está bien?", le espetó el defensa al presidente de la FIFA.
El central del United, hermano del jugador Anton Ferdinand, supuesta víctima de insultos racistas por parte de John Terry, criticó que la FIFA haya intentado zanjar la controversia publicando una foto en su página web en la que Blatter aparece con el ministro sudafricano Tokyo Sexwale.
"La FIFA soluciona los comentarios de Blatter con una foto de él posando con un hombre negro", escribió el jugador indignado.
Otro jugador, el defensa del Preston Clarke Carlisle, advirtió que "las declaraciones de Blatter tienen el peligro de minar años de trabajo con el fin de erradicar el racismo del deporte".
El también embajador de la asociación contra el racismo en el deporte "Kick it Out" explicó que se han tardado 20 o 30 años en conseguir que el problema del racismo adquiera el nivel de concienciación del que goza en estos momentos.
No es la primera vez que Blatter hace comentarios controvertidos. Sembró llamativos titulares cuando se concedió a Catar la organización del Mundial de fútbol del 2022 y aprovechó para bromear sobre la homosexualidad, ilegal en ese país.
También se convirtió en protagonista de la polémica en 2004 al expresar puntos de vista tildados de machistas al insinuar que las mujeres futbolistas deberían llevar un atuendo "más femenino" que sus colegas varones para competir, como "pantalones más ajustados".
Y cuando el inglés Terry mantuvo supuestamente una aventura extra matrimonial con Vanessa Perroncel, la ex pareja de su amigo y compañero de selección Wayne Bridge, Blatter afirmó que "si eso hubiera sucedido en un país latino, le hubieran aplaudido".
En la prensa británica se recuerdan otras declaraciones en medio del "culebrón" en que se convirtió el millonario traspaso del portugués Cristiano Ronaldo del Manchester United al Real Madrid, en junio de 2009, por casi cien millones de euros.
Sobre ese caso, Blatter volvió a escandalizar al comparar el sistema de traspasos de los futbolistas con "un tipo de esclavitud moderna". EFE