“Flo-Jo” es recordada por su estilo y su velocidad
Dueña de una imagen peculiar en la que sus largas uñas de 15 cm con diferentes diseños individuales destacaron y sumados a la extrema velocidad en las pistas convirtieron a la estadounidense Florence Griffith Joyner (+) en la reina del atletismo mundial.
Su atuendo se completaba con mallas de una sola pierna y bodys con capucha, con lo que asemejaba las pistas de atletismo a una pasarela de moda. Florence era un espectáculo en sí misma y el público la adoraba. Apenas su figura se deslizaba para tomar ubicación entre los competidores, los aplausos de sus seguidores no cesaban.
Nació en el suburbio de Watts en Los Ángeles, en 1959. Fue la séptima entre once hermanos y por sus venas corría sangre irlandesa, negra e india, una afortunada mezcla que le daban a su rostro un singular atractivo multirracial.
Tras conocer a Bob Kersee su vida dio un giro radical. Él se convirtió en su entrenador y además le ayudó a conseguir una beca para estudiar Sicología en la universidad de California (UCLA).
Juntos comenzaron a trabajar arduamente y en poco tiempo hizo de Florence la mejor velocista de la historia universal.
En 1987 se casó con el campeón de triple salto Al Joyner y se alejó momentáneamente de las pistas. Pero retornó a tiempo para labrar su inmortalidad. Fue el verano de 1988 cuando Florence forjó su leyenda.
Primero en Indianápolis, con el récord mundial de 100 metros 10s49c en las clasificatorias de Estados Unidos. Pero su consagración definitiva llegó en los Juegos Olímpicos de Seúl, en ese mismo año. Ahí consiguió tres medallas de oro, una de plata y el récord de 200 metros con 21s34c.
Precisamente por esos registros estratosféricos siempre se rumuró de posibles dopajes; mas en las múltiples pruebas que le realizaron nunca encontraron residuos de alguna sustancia prohibida.
Otra de las curiosidades que generaba dudas entre los especialistas es que Florence aumentó notablemente su musculatura en menos de un año, algo que para muchos era imposible de lograr solo con pesas. También copió el tipo de carrera de Carl Lewis, de larga zancada y equilibrio de brazos.
Las dudas se acrecentaron cuando se comparó su caso con el del también atleta norteamericano (canadiense) Ben Johnson, quien dio positivo en dopaje en los mismos juegos de Seúl. A los 29 años, en lo mejor de su carrera y cuando era un ícono mediático, anunció su retiro definitivo del mundo deportivo para dedicarse a la publicidad.
Se convirtió en diseñadora de su propia línea de ropa y fabricó una muñeca a la que bautizó como Flo-Jo primeras sílabas de su nombre.
Entre sus diseños de ropa más reconocidos está el uniforme de los Indiana Pacers, equipo de la NBA.
El 21 de septiembre de 1998, con 38 años, moría repentinamente a causa de una apoplejia cerebral en su casa de Laguna Beach (California).
Tras su muerte se reabrió la duda acerca de su incomparable nivel y el posible uso de sustancias prohibidas para mejorar su musculatura y rendimiento en las pistas.
Se habló mucho acerca de que Florence pudo haber fallecido por algún efecto causado por algún tipo de producto alimenticio utilizado en su época de deportista.
