El español David Ferrer logró ayer, ante su compatriota Feliciano López, su triunfo 100 en un Grand Slam, el que le sirvió para meterse en octavos de final de Roland Garros, pero el levantino destacó que más que las cifras se queda con el trabajo y la constancia de estos años.

“Es un número, estoy contento por la carrera tan longeva que estoy teniendo y que duré. Me quedo con el trabajo, el sacrificio y la constancia que me sirven para superar los momentos no tan buenos y han permitido que haya tenido una carrera muy regular. Pero si me tengo que quedar con algo, es con el trabajo en la pista”, aseguró tras su victoria por 6-1, 7-5, 6-4.

Ferrer, de 31 años, reconoció que ha madurado, pero también que la edad va haciendo mella en su físico y que ahora tarda más en recuperarse físicamente. “Ahora me apetece aprovechar más el tiempo con mi gente, con mi familia; a medida que pasan los años no he perdido ni una pizca de pasión por el tenis, pero me cuesta más viajar que antes”.

“A medida que pasan los años es más difícil, porque te vas desgastando, pero no hay que tener urgencia por nada. Si algo me han dado estos años de profesional es que cuanta menos prisa tienes por hacer las cosas, mejor salen. Estoy en eso, pensando cada momento de mi vida tenística y cada punto”.

Ferrer reconoció que será difícil repetir lo que hizo el año pasado, cuando ganó siete torneos, entre ellos su primer Masters 1.000, el de Bercy; fue semifinalista en Roland Garros y en el Abierto de Estados Unidos y cuarto finalista en los otros dos Grand Slam.

Sin embargo se mostró satisfecho con su actual temporada: “He empezado bien el año, soy 5 del mundo y me siento bien. Pero me cuesta más recuperarme físicamente que hace tres o cinco años”.

Por otra parte, las derrotas de Horacio Zeballos y Federico Delbonis a manos de Stanislas Wawrinka y Mikhail Youzhny, respectivamente, dejaron sin representantes argentinos y sudamericanos en el segundo Grand Slam del año. En mujeres, Paula Ormaechea, de 20 años, se jugará el pase a octavos ante Betthanie Mattek-Sands.