Un ensordecedor grito del público y un aplauso interminable inundaron las gradas del coliseo El Campín de Bogotá -la noche del sábado- con la entrada del tenista número dos del mundo, el suizo Roger Federer, de visita por primera vez en Colombia para jugar un partido de exhibición ante el francés Jo-Wilfried Tsonga.

El coro “Roger, Roger” no dejó de sonar hasta el momento en que inició el juego que pudieron observar 14 mil privilegiados seguidores del hasta ahora máximo ganador de torneos Grand Slam, con 17 en su historia.

Y aunque era solo un amistoso, cada servicio perfecto, cada golpe imposible de responder para Tsonga recibía la ovación de los asistentes.

La exigencia del juego parecía de un certamen oficial con un Tsonga llegando a todas, presionando el juego de Federer que se impuso en el primer set, tras un “tie break” que terminó en su favor por 7-6 (8-6).

Pero los protagonistas de la noche recordaron que estaban en un juego de exhibición y por un momento empezaron a utilizar las pelotas de tenis para hacer jugadas de fútbol.
Luego, los continuos gritos de la afición fueron dirigidos por el suizo como si fuera director de orquesta, subiendo los brazos para que griten y bajándolos para que callaran.

El juego continuó y la revancha de Tsonga se hizo efectiva, tras ganar el segundo set (6-2), después de imitar por algunos momentos los gestos del español Rafael Nadal cuando se sube las mangas de la camiseta, gesto al que le siguió también Federer para motivar las risas del público.

El último set comenzó con un Federer animando al público, además de recordar también algunos gestos del serbio Novak Djokovic, su forma de caminar y de servir.

Al final el triunfo en el último set por 6-3 del que es considerado como el mejor tenista de la historia cerró una noche mágica en un escenario en que también estuvieron jugadores de la talla de “Nole” y “Rafa” en 2011.

Una mochila (bolso) wayuu y un sombrero vueltiao, representativos de Colombia, les fueron entregados a Federer y Tsonga al final del show.

“Me voy contento de haber estado en Colombia”, dijo el francés. “Muchas gracias a todos por haber participado del evento, fue una linda experiencia que me tocó el corazón y que espero repetir en un futuro”, manifestó por su parte Federer.

Colombia marcó su adiós luego de una semana que no olvidará y que, en la Argentina, por ejemplo, lo llevó a decir que era el mejor viaje de su vida. “En Sudamérica hay una pasión distinta”, destacó el suizo.

Volviendo al evento del sábado, vale decir, fue el sexto juego de Roger en la gira, con dos victorias y una derrota en San Pablo (venció a Tsonga y Haas; cayó ante Bellucci) y un triunfo y un traspié en Buenos Aires (en sus duelos ante Del Potro).

Saldo positivo para Federer en las canchas, pero el plus, sin dudas, fue su paso por Sudamérica para la gente que tuvo una experiencia cercana con él. Algo único. Su humildad, su predisposición, su labor con los niños en las clínicas y los momentos de diversión. Un diez en todo.