En un partido atípico pero previsto, en el que en los actos de protocolo los jugadores oceánicos les colgaron collares a los campeones del mundo, el emblemático estadio de Maracaná en Río de Janeiro fue testigo de la mayor goleada de la historia en un partido oficial de la FIFA en la categoría de mayores.

Tahití, una selección que cuenta con un solo futbolista profesional y que la completan algunos funcionarios, maestros y estudiantes, se vio arrasada por la selección española que jugó con la suplencia y que no mostró compasión en el campo.

Al minuto 4 Fernando Torres abrió el marcador con un remate que entró por el palo del arquero tahitiano. Desde tan temprano se auguró la aplanadora que se vendría hasta el final del encuentro.

El abultado marcador también le significó a España la mayor goleada que le haya propinado a una selección en la historia en torneos Fifa, superando el 10-1 de Hungría ante El Salvador en el Mundial de España-1982.

Los goles españoles fueron anotados por Fernando Torres (5, 33, 57, 79), David Silva (31, 89), David Villa (39, 49, 64) y Juan Mata (66).

En repetidas ocasiones se vio al arquero de Tahití, Mickael Roche, lamentando los balones que fueron a parar al fondo del arco, mientras que la fiesta en las tribunas se concentraba en que la selección campeona de Oceanía lograra anotarle al menos un gol a la campeona del Mundial de Suráfrica 2010.