“Es una final, pero no deja de ser un juego”
Es frontal y profundo en sus expresiones, inteligente para manejar a sus pupilos y muy hábil si se trata de cobijarlos del asedio mediático. Esto lo volvió a demostrar este lunes, cuando evitó hablar de la ausencia del mediocampista Miler Bolaños en la práctica. Algo parecido a lo que hizo hace un año para que la prensa no se le acercara a Ángel Cheme (Gonzalo Chila).
A sus 53 años de vida, el técnico argentino Edgardo Bauza le confesó a FANÁTICO que le encanta la lectura, pero nunca pasa por las páginas de los periódicos porque no le agradan.
Para Bauza enfrentar por segundo año consecutivo en una final a su coterráneo Jorge Sampaoli, quien hoy dirige a Universidad de Chile, no tiene nada de especial.
¿Cómo vive una final internacional; es diferente a una local?
Son finales las dos, quizá repercute más a nivel sudamericano ésta, pero se deben disputar con la misma intensidad. Yo las tomo de la misma manera desde la metodología del trabajo hasta la planificación de todas las tareas previas.
¿Puede dormir la noche anterior?
A estas alturas de mi vida duermo un poco más (5-6 horas), pero obviamente son momentos de tensión los que se viven, aunque estoy sereno por la tranquilidad que me da mi equipo. Después, por más que sea una final no deja de ser un juego en el que alguien tiene que perder. Siempre esperamos que no seamos nosotros.
¿Está preparado el plantel y usted en lo personal para una derrota?
Uno nunca lo está para perder, nunca lo quiere hacer, sin embargo hay que aceptarlo si se da. Eso forma parte del juego y de la vida.
¿Edgardo Bauza es una institución dentro de LDU?
Me siento un engranaje dentro de la institución, quizás en un lugar importante, pero al fin una pieza más.
¿La relación con sus pupilos llega al campo personal?
No, es puramente profesional, sin embargo, obviamente hay momentos en los que uno tiene que interiorizarse cuando hay algún inconveniente, y uno trata de ayudar. No soy amigo de ningún jugador, pero sí doy consejos de forma permanente.
¿Mantiene un nexo cercano con la hinchada de Liga de Quito?
El contacto que tengo con la afición es cuando me encuentro en la calle. Cuando me ven, me saludan, y yo a ellos. Siempre me han tratado con mucho cariño y mucho afecto y es mutuo ese sentimiento. Me siento agradecido por eso.
¿Tiene algún pasatiempo?
A más del tenis, me gusta leer bastante y de diferentes cosas, dependiendo de la época. Elijo novelas, escojo autores y en este momento estoy leyendo mucho de fútbol, cosas específicas de personas, de técnicos que hablan de estrategias y de metodología de trabajo.
¿Qué piensa de la frase de Valdano: leer un libro no sirve para jugar mejor al fútbol?
No sirve para jugar bien al fútbol, pero sirve para tener una mayor cosmovisión, para ser más inteligente, pues para jugar y al fútbol y dirigir a un gran equipo se necesita de gente de inteligente.
¿Qué significa LDU para usted?
Liga es mi segunda casa, en donde me han dado la oportunidad de desarrollar un trabajo en el cual me siento muy cómodo y a gusto.
Si hablamos de hechos recientes. ¿Qué piensa sobre la muerte del ex volante Sócrates?
Es un mal ejemplo de los tantos que ha tenido el deporte. Fue una persona que lo tuvo todo y cumplió una vida equivocada; entonces el final no puede ser el mejor en esos casos.
¿En el mundo deportivo es más fácil mezclarse con los vicios?
No sí se si es fácil, lo que sé es que los seres humanos cometen errores a veces por negligencia, por imprudencia; hay razones explicables y otras no tanto.
¿En LDU hay un psicólogo para evitar estos problemas?
Tenemos charlas permanentes, pero esto no es solo de Liga, ni de un jugador, es de todo el país. El Ecuador tiene un problema cultural con los adolescentes que consumen mucho alcohol, como sucede en otros países con la droga o con los actos violentos.
¿Qué hacer en esos casos?
Es un problema grave de la cultura del ecuatoriano que hay que abordarlo desde la niñez y en todos los estamentos, desde la familia, la escuela, los grupos sociales.