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El fútbol cuenta con un semillero escondido

El fútbol cuenta con un semillero escondido
03 de junio de 2013 - 00:00

Los zapatos, la ropa y los balones que quieren tener los ven a tres metros de distancia en una tienda de abarrotes. Lástima que solo se trate de un comercial de televisión sobre la final de la Champions League. Volver a la realidad es duro, muy duro, tanto como andar con zapatos rotos o, peor, descalzos.
Su presente y sus anhelos comparten el mismo cuerpo, pero están distantes. A ningún chico le gustaría quedarse en las lodosas calles de Borbón, parroquia del cantón Eloy Alfaro (Esmeraldas); todos quieren ser futbolistas profesionales, ganar dinero y conocer el mundo.

A la cancha del recinto Lúmber llegan a diario más de 60 chicos de distintas edades, unos practican con Fausto Simisterra “Felipito”, otros lo hacen con Alberto Bautista Ortiz “Chompipa”, quienes distribuyen su tiempo entre las labores cotidianas y el papel de entrenadores.

“Felipito” tiene 35 años y está desempleado. Su anhelo es contar con un sueldo por enseñar a jugar fútbol. A mediados de los 90 actuó en Aucas, fue compañero de elementos como Giovanny Espinoza, Renán Calle y Omar de Jesús.

Jampier Quiñónez, de 10 años, admira e imita la habilidad del volante Damián Díaz, de Barcelona

Según comentó, su trabajo ha dado ya varios frutos, jóvenes capacitados por él están ahora en clubes profesionales. Mencionó al líbero Johnny Bautista (Sub-16) y al marcador izquierdo Avelino Jaramillo (Sub-15), quienes se vincularon a Universidad Católica. Recordó también al defensa central Kevin Corozo y al volante Bolívar Quiñónez, ambos Sub-14, que se unieron a Aucas.

“Chompipa” también ha pulido a varios jugadores, cita al centrocampista Pedro Bautista (18 años), que recientemente se probó en el balompié argentino. De vez en cuando los padres de los niños ayudan a estos entrenadores con algún dinero, aunque ellos no les exigen nada porque se trata de personas pobres.

En estos días, ambos adiestran con incomodidad, ya que la construcción del camal demanda que maquinaria pesada circule por el campo de juego para sacar material desde un sector contiguo. Su esperanza es la edificación del estadio de Borbón, cuyas obras terminarían a fines de año.

Gabriel Cevallos, de la constructora Razconsa, encargada del proyecto, detalló que el escenario albergará a 1.500 personas. Contará con pista de calentamiento, drenaje, camerinos, baños, gimnasio y áreas administrativas. El estadio se erige en Barrio Norte, el Instituto de Contratación de Obras (ICO) es responsable del contrato. Su costo supera la suma de $ 1’400.000.

03-06-13-escuelaUn problema que afecta directamente la apertura de otras canchas, indicó “Felipito”, es la pugna por el Municipio de Eloy Alfaro entre el alcalde electo Richard Mina y el vicealcalde Francisco Castro.

El vicepresidente del recinto Lúmber, Miller Mina, cree que a la cancha del lugar le faltan camerinos, baños y otros arreglos. Añadió que el Presidente de la República vio la cancha, ya que el año pasado un helicóptero lo recogió ahí después de una visita a Borbón. Le pide interceder para que la acondicione.

Ajenos a estos temas, varios niños luchan por dominar el balón en el fango. Algunos estudian, otros trabajan cargando madera, pero se dan tiempo para entrenar.

La escuela debe formar parte del club

Fred Larreátegui, asesor jurídico de Liga de Quito, explicó que no es conveniente para una escuela o academia de fútbol funcionar independientemente de un club.

Si una escuela no es parte de un club, no está sujeta a la normativa de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), por tanto, no tendrá bases legales para reclamar la indemnización por formación de jugadores.

Un club profesional de cualquier provincia puede abrir una escuela en otro territorio o, en forma legal, autorizar una franquicia, avalada como su extensión en dicha jurisdicción.

La apertura de una escuela de cualquier club no requiere contar con infraestructura propia, puede tener un contrato de prestación de instalaciones, de uso de cancha, con otro tipo de organización privada o, incluso, con una pública.

Un aspecto importante en la relación de pertenencia entre una escuela y un club es la vinculación laboral de quienes trabajen en la capacitación de niños y adolescentes, ellos deben tener el reconocimiento salarial por sus servicios. Los chicos constituyen el principal patrimonio de los representativos del balompié profesional, por tanto, costear el aleccionamiento de deportistas constituye una inversión.

Jampier Quiñónez, de 10 años, admira la habilidad del volante Damián Díaz, de Barcelona, constantemente ensaya chilenas. Ariel Mejía (10 años), Víctor Torres (9), Adrián Valencia (10), Joffre Valencia (14) y Michael Mina (14) completan un colorido cuadro, donde la ilusión les sacude el lodo.

Rocafuerte

03-06-13-cambiando-zapatosCuando se termina el día y cae la tarde, los chicos de la escuela de fútbol de los hermanos Harry y Ronald España dejan los uniformes colegiales y se visten de corto.

El sitio de entrenamiento es la cancha del centro educativo Ramón Estupiñán, de la parroquia Rocafuerte (Rioverde), a donde diariamente acuden 80 jóvenes.

Los “profes” los dividen en categorías que van desde los 6 hasta los 18 años.

El 50 por ciento de los chicos estudia en el Ramón Estupiñán, la otra mitad proviene de la unidad educativa Rocafuerte. Entrenar dentro del establecimiento es seguro y les posibilita tener cerca a gente como el docente Johnys Aragón, también asistente de línea de la primera A.

Los hermanos España no recuerdan el año en que comenzaron la labor como entrenadores. Lo que no olvidan son los jugadores forjados sobre la base de su experiencia, quienes figuran ahora en clubes profesionales. Por ejemplo: Manuel Valencia y Elis Casierra en el Mushuc Runa y Jair Hurtado en el Gualaceo.

03-06-13-ninos-jugando-rioPara sobrevivir, Harry (40 años) trabaja en una tienda de abarrotes. Ronald (38 años) ayuda a su mamá en una actividad similar. Su propósito a mediano plazo es fundar un club, solo con personería jurídica podrán fichar a sus futbolistas y dejarán de lamentar que clubes profesionales se los lleven sin colaborarles con nada, ni siquiera con implementos.

Chontaduro

Animados por Jaime “Pino” Valencia, alrededor de 40 chicos se reúnen a diario en la cancha de la parroquia Chontaduro (Rioverde). Saben que el sueño del futuro futbolista profesional se alimenta con sacrificios en el presente.

Jorkael Lugo (10 años) es delantero, su propósito es mejorar las gambetas de Lionel Messi e incorporarse al balompié de primera. Tal aspiración no es imposible, hace pocos meses peloteaba con Éderson Valencia, quien en la actualidad milita en Deportivo Quito.

Por calidad, en Chontaduro no se quejan. No obstante, la prioridad de la escuela Nuevo Ecuador es ser reconocida por el Ministerio del Deporte como club formativo.

Éver Rodríguez, presidente de la institución, afirmó que los estatutos y el resto de requisitos ya fueron presentados, únicamente falta la confirmación del Ministerio.

Como Éderson Valencia, otros exponentes de Chontaduro salieron al balompié de alto rendimiento. Sus coterráneos han pasado por Liga de Quito, Barcelona, River Plate de Guayaquil, sin que Nuevo Ecuador haya cobrado un centavo por los derechos de formación.

Con los estatutos reformados, los clubes formativos, filiales de las ligas deportivas cantonales, pueden registrar a sus elementos y en lo posterior, si llegan a la élite, beneficiarse con ese dinero. “A fin de cuentas, lo que ofrecemos es una profesión”, reflexionó Rodríguez.

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La continuación de esta serie, “Los cazatalentos, ¿héroes o villanos?”

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