Emelec cede espacio en Quito
Los jóvenes delanteros en los que confió Nelson Acosta desde que asumió la dirección técnica (3 semanas) le dieron ayer al Deportivo Quito el triunfo 2-1 ante Emelec.
Danny Luna y Luis Congo, quienes este año se incorporaron al plantel “azulgrana”, fueron desequilibrantes ayer en el gramado del olímpico Atahualpa y con su accionar le dieron los tres puntos a su equipo. “Desde que comencé a entrenar los vi con muchas condiciones, por eso los puse y ellos me han respondido”, expresó Acosta.
Aunque en un inicio el elenco local se mostró nervioso y entregó la iniciativa al oponente, los porteños no supieron trasladar al marcador esa situación. Los dirigidos por Marcelo Fleitas se conformaron con impedir que el dueño de casa llegara sobre la portería del nacionalizado Esteban Dreer. Para eso no les importó recurrir a faltas o enviar el balón a cualquier parte.
Eso le permitió a Deportivo Quito mejorar la coordinación y comunicación entre sus líneas para así avanzar hasta el último sector. Pero fueron los visitantes los que lograron la primera llegada de real peligro, que no concluyó en el fondo de las redes gracias a la intervención de Fernando Giménez.
Esa advertencia despertó a los locales y así comenzaron a presionar en el ataque. Intentaron con más frecuencia aprovechar los potentes saques del portero Adrián Bone.
Y ahí fue vital el buen manejo de pelota que estableció el campeón reinante del balompié local. En ese sector se marcó la diferencia a favor del dueño de casa. Édison Vega y el capitán Fernando Saritama formaron una pareja precisa para enlazar el medio campo y la delantera.
Luna, delantero de 22 años con mucha proyección, se convirtió en el continuo dolor de cabeza de la visita. Con rápidos y precisos movimientos la puso en apuros y siempre la superó. Por su insistencia llegó el tanto de apertura en el encuentro, a los 19 minutos, tras un disparo que aflojó el portero Dreer.
Fue su primera conquista en la división profesional y por eso la festejó con mucha emoción. En una esquina de la cancha ensayó unos pasitos de baile y enseguida se dirigió a la banca para agradecer al estratega su confianza. Con eso se asentaron los dueños de casa y así apagaron los intentos de reacción del visitante, que lució perdido y sin motivación.
Sus delanteros, Marcos Mondaini y Luciano Figueroa, no generaron peligro frente a la valla de Bone, quien se mostró sereno para atajar cada balón que llegó a su sector.
En el área técnica “eléctrica”, Fleitas observó todo el encuentro parado. No llamó nunca la atención ni gesticuló para corregir el accionar de sus dirigidos en la cancha de El Batán. En las gradas, la hinchada porteña también estuvo apagada, sin la emoción de los cánticos para alentar al equipo a pesar de la adversidad, como usualmente lo hace.
Por eso, como en el marcador, los hinchas “millonarios” fueron superados en la tribuna por los cánticos y gritos “azulgrana”.
En el receso, el DT emelecista intentó modificar su plantilla y ordenó el ingreso de Marlon De Jesús y Fernando Gaibor, para darle más salida. Pero esos cambios no surtieron el efecto deseado, pasaron casi desapercibidos y dichos elementos fueron fácilmente neutralizados por la zaga local.
El campeón apareció para incrementar la ventaja. De tiro penal, Luis Congo puso la segunda a los 59’. Con eso, la tranquilidad fue absoluta en el local, que se dedicó a establecer pequeños pases y jugar con la desesperación rival.
Dosificaron sus energías y ya no buscaron con la misma insistencia una mayor diferencia en el marcador. Fueron certeros en los pequeños pases efectuados para permitir que el tiempo transcurriera.
Incluso, en los 10 minutos finales, el entrenador uruguayo ordenó variantes facilitando la tarea del rival, que en un veloz contragolpe logró descontar tras sancionarse un tiro penalti, ejecutado por Luciano Figueroa. (VNH)