El referato está en el ADN de los árbitros de Sayausí
Sayausí, ubicada al oeste de Cuenca, sorprende a lugareños y visitantes no solo por acoger uno de los torneos más atractivos de fútbol a nivel local -el Campeonato Parroquial de ese sector, que cuenta con 500 participantes anualmente-, sino también porque se ha convertido en la cuna de árbitros del balompié.
Lilio Carbo, actual presidente de la junta parroquial del lugar, fue el pionero. Persuadido por dos amigos, asistió a un curso organizado por la Asociación de Fútbol del Azuay para la profesionalización en la rama. “Fue un evento que solamente costó 30 sucres. Recuerdo que duró cerca de 8 meses y fue muy importante porque se aprendió mucho”, sostiene Carbo, quien atiende a FANÁTICO en su oficina de abogado, en el centro histórico de Cuenca.
En ese seminario, Carbo recibió enseñanzas para impartir justicia dentro de los campos de juego por parte de Luis Díaz, Alfredo Rodas y Jorge Orellana, que en esa época eran los más destacados en su oficio. Con el pasar de los años, su ejemplo y enseñanza sirvieron para que nuevos talentos de su parroquia se integraran a esta actividad.
Lilio sostiene que prefirió el arbitraje en lugar del fútbol, pues en este deporte no despuntó a nivel profesional, además de que dirigir partidos era lo que más le apasionaba.
“Creo que fue una etapa importante de mi vida haber incursionado en esta profesión. Para mí es un orgullo que ahora los jóvenes de mi parroquia se encuentren interesados en seguir esta carrera”, señala Carbo, quien se retiró tras 12 años de actividad por problemas de salud.
Cuenta, además, que compartió el curso con dos vecinos suyos: José Carpio y Patricio Lucero. El primero de ellos continuó por varios años, llegando, incluso, a pitar encuentros del fútbol profesional, mientras que Lucero desistió de seguir por inconvenientes personales.
El titular del Gobierno Parroquial de Sayausí y ex réferi comenta que mantienen reuniones mensuales con los 50 nuevos prospectos que el sector tiene en este oficio, pues se aspira a que mejoren y lleguen a la escalafón profesional.
Carpio y el profesionalismo
Quien más que José Carpio para hablar de su parroquia como una meca de réferis a nivel nacional. El ex escarapela FIFA (desde 1997 a 2007), que pertenece al barrio La Libertad, situado a 1 km del centro de Sayausí, comenta que sus primeras experiencias en un rectángulo de juego se dieron muy joven.
“En Sayausí di mis primeros pasos en el arbitraje a los 20 años, luego, a los 22, surgió la posibilidad de prepararme y fui ascendiendo hasta llegar al profesionalismo”, destaca José, quien recibe a El Telégrafo en el cuarto de recuerdos de su hogar.
El ex juez central, quien pitó el partido final de ida del Campeonato Ecuatoriano 2011 entre Emelec y Deportivo Quito, en el Capwell (11 de diciembre de 2011), el cual marcó su despedida del referato, revela que eligió este oficio antes que ser futbolista porque sintió que era una profesión que calaba en su interior; además, se sentía motivado, debido a que ascendía rápidamente de escalafón.
“Era bueno también para jugar, me ubicaba como delantero, incluso, llegué a ser campeón y goleador con Sayausí en el Torneo Interparroquial de 1990, pero me sentía mejor pitando, porque se dieron los ascensos (de categoría) y eso incentiva a cualquiera”, agrega el ahora miembro de la Comisión Nacional de Árbitros. Actualmente frecuenta el torneo de su parroquia para colaborar con quienes están iniciándose en esta rama.
Está en los genes
El hecho de haber nacido en esta parroquia impulsa a Tayron Carpio (29), Luis (25) y Darwin Quiroz (29) a seguir el camino de los réferis que los precedieron; incluso, en su caso, es una cosa de ADN.
Tayron es el primo de los hermanos; luego siguen Luis y Darwin. Los tres, además de ser también primos en segundo grado de José Carpio, son parte de las lista de 13 personas -incluida una mujer- de la parroquia, que integran la Asociación de Árbitros de Fútbol del Azuay (AAFA).
Tyron y Darwin fueron los primeros en intervenir en las clases para réferis que se dictaron en 2002. Sus motivaciones para emprender este reto fueron similares, pues optaron por seguir los pasos de su primo, quien en esa época ya destacaba en el plano local y nacional.
“Lo que hizo José era digno de tomar en cuenta. Aparte, recién me había enterado de que Byron Moreno iba al mundial de Corea y Japón 2002. Justo un día después vi un anuncio en el periódico que me empujó a inscribirme..., y aquí estoy”, comenta Tyron, quien ejerce su profesión en segunda categoría.
“La pasión por esta carrera nació primero porque me encanta el fútbol, lo juego desde pequeño, y segundo, por el ejemplo que han dado los pioneros de la parroquia”, sostiene Darwin, también juez de segunda categoría, como línea.
Pese a ser el menor de los primos y estar meno tiempo vinculado al referato -comenzó en 2007-, Luis es el que mejor proyección ha tenido para ascender de escalafón.
En esta temporada dirigió ya cuatro cotejos de serie “B” del Campeonato Nacional, en los que asegura le ha ido bien. El juez central de 25 años señala que es un agradecido con Dios por haberle brindado el biotipo ideal que debe tener un réferi, puesto que sobresale en la parte técnica y física, tal como lo requiere la FIFA.
“Por suerte, tengo todo para llegar a ser un buen árbitro profesional; desde pequeño en las canchas de Sayausí jugué fútbol, allí mismo fue que me inicié en el referato tomando como experiencia lo que hacían mis familiares”, se explaya el colegiado, que aspira pronto a ascender a la división de privilegio.