Es conveniente aclarar que Pelé, Romário y Fontaine, que no tienen más de veinte años, o cuyas edades sumadas no alcanzan a los 71 que cumplirá O rei este 23 de octubre, son una suerte de genéricos de los astros que escribieron gruesos capítulos de la historia del fútbol con los pies o la cabeza, a punta de goles.

Es conveniente precisar también que por cosas del destino, los genéricos de estas leyendas del deporte nacieron para el fútbol sin mucho talento para el gol y con mucha vocación para evitarlos.

El Pelé del Mundial Sub20 de Colombia, no confundir, por favor, con Edson Arantes do Nascimento, es un volante tipo perro de presa con gran futuro en el fútbol aunque no se ha afirmado como titular en la selección de Portugal.

Eso mismo. El Pelé del Mundial Sub20 ni siquiera es brasileño.

"No tiene nada que ver con el otro Pelé. Nuestro Pelé tiene un perfil diferente, es un jugador en proceso de formación con gran talento, generoso en sacrificio", explicó el seleccionador juvenil de Portugal, Ilidio Vale.

El Pelé portugués tiene como nombre de pila Judilson Mamadu Tuncara y ante el interés que despierta el apodo que le calzaron de niño, tímido, ha afirmado que el ilustre brasileño "es único".

Romário de Souza, el mejor futbolista del mundo en 1994, el año en que con sus goles llevó a Brasil al cuarto título mundial de su historia, puede dormir tranquilo en sus laureles.

Su joven compatriota Romário comienza a destacar en el fútbol como defensor central y en la selección sub20 que ha llegado a los cuartos de final del Mundial ya jugó un partido completo.

"Mi estilo nada tiene que ver con Romário, un ídolo en mi infancia, y ni pretendo imitarlo, pues no podría. Él fue un astro", explicó días atrás Romário el joven.

En realidad, existen pocas probabilidades de que estos dos brasileños sean confundidos. Mientras el Romário que con goles y polémico comportamiento se consagró en canchas de Holanda, España y Brasil es conocido como baixinho (bajito) por sus 165 centímetros de estatura, el Romário defensor mide 182.

Como si fuera poco, el zaguero del Internacional, de Porto Alegre, ha pedido que su apellido aparezca inscrito en la camiseta número quince que viste en la selección Verdeamarela así: "R. Leiria".

Una forma de hacer menos pretenciosa esta llamativa coincidencia que el joven espera diluir con el fin de su carrera futbolística, ya que no tiene aspiraciones políticas como las que han llevado al Congreso de Brasil al exjugador del Barcelona y el Valencia.

La selección sub20 de Francia tiene en su línea de defensa a Thomas Fontaine, un inquieto chico quien aprendió por sus padres y en los libros de historia que un compatriota suyo, el delantero Just Fontaine, es hasta hoy el máximo goleador en un Mundial de fútbol.

Fontaine, el legendario, tiene el récord de más goles en un solo Mundial: trece, firmados en la edición de 1958 disputada en Suecia.

El oficio de Thomas Fontaine es otro: evitar que algún delantero adversario amenace a los Bleus y se tome un atrevimiento similar al de su reverenciado compatriota.

Aunque el zaguero del Olympique Lyonnais llegó al Mundial de Colombia reservado para el banquillo, le bastaron 10 minutos finales contra la selección de Mali para convencer al seleccionador Francis Smerecki de que el apellido Fontaine, por pasado y presente, debe ser titular, y contra Ecuador tuvo acción desde el comienzo.