El “Patrón” Mejía domina las pistas de atletismo
El tradicional colegio Nacional Mejía es la cuna de grandes deportistas, especialmente de atletas que salieron de sus aulas para convertirse en figuras a escala nacional e internacional.
Los éxitos no son nuevos. Este centro educativo quiteño mantiene una hegemonía de cuatro décadas como campeón intercolegial de atletismo en Pichincha. ¿En qué radica ese éxito? Simplemente en el hecho de contar con más de 5.000 alumnos y en el “buen ojo” de los entrenadores para escoger a los potenciales representantes del colegio en estas competencias.
El proceso de selección a cargo de los entrenadores y profesores de Cultura Física se inicia en los primeros meses del año lectivo.
Leonardo Astudillo, ex estudiante del plantel, ex figura del atletismo sudamericano y actualmente entrenador de la selección de corredores del Mejía, es uno de los responsables de ratificar por qué esta institución es un verdadero referente del atletismo colegial.
El rendimiento de los “ágiles del Patrón”, como se los llama a los atletas, en el último campeonato intercolegial de Pichincha, estuvo a la altura de las exigencias. No hubo un rival que amenazara con acabar con esa marcada supremacía. Lograron títulos en las categorías: menores, cadetes y juvenil varones. Además, alcanzaron subtítulos en las divisiones infantiles damas y varones. Así, ratificaron su tradición en esta disciplina deportiva que comenzó a trascender bajo la orientación del recordado Genaro “Pupo” Fierro (+), allá por 1968.
Leonardo Astudillo, ex figura del atletismo sudamericano, es el entrenador de la selección de atletismoPara lograr esos títulos, se entrenaron desde septiembre del año pasado. Por primera vez, 15 señoritas del octavo de básica (primer curso), cuyas edades oscilan entre los 12 y 13 años, representaron al plantel. El mismo número de varones lo hizo en la categoría infantil, 20 se inscribieron en la clase cadetes (14-15 años), 25 en prejuvenil (16-17 años) y 25 en juvenil (18-19 años).
La pista atlética de tierra que se encuentra en el colegio y el césped de la cancha de fútbol fueron los sitios en donde se realizó la pretemporada de las selecciones que, los fines de semana, rindieron sus “exámenes” en la pista sintética de Los Chasquis, propiedad de Concentración Deportiva de Pichincha. Doscientas estudiantes ingresaron al plantel al inicio del año lectivo. Mikaela Narváez es una de ellas y tuvo un magnífico desempeño en esta, su primera incursión en el atletismo intercolegial.
El miedo escénico fue natural no solo en ella sino también en el resto de la delegación. Cuenta que estuvo nerviosa porque era la primera vez que el Mejía competía en la rama femenina, pero se siente orgullosa de haber logrado el primer lugar en los lanzamientos.
También juega baloncesto en la selección de su parroquia de residencia (Guayllabamba), en donde sus habitantes la admiran por sus cualidades deportivas y, además, por ser alumna del Mejía. Confiesa que no le gusta correr y que su fuerte es el lanzamiento de bala (2.5 kilogramos). En el certamen estudiantil mejoró sus marcas con 9.80 y 10.00 metros, producto de su preparación, del apoyo de los entrenadores, de las autoridades del colegio y de sus padres.
El colegio Mejía representará a Pichincha en los Juegos Nacionales EstudiantilesNació en el cantón Cayambe hace 13 años. Sus estudios primarios los realizó en la escuela San Francisco de Quito, pese al sacrifico de trasladarse diariamente a la ciudad. “Si a alguien le gusta lo que hace y el colegio en donde estudia, todo es cuestión de cogerle el ritmo”, comenta con un convencimiento casi natural. A diario, y pese a las responsabilidades académicas y deportivas, se da tiempo para jugar baloncesto, hacer deberes y abrir el Facebook para enterarse de las novedades de los 500 amigos que tiene en esa red social.
Mikaela suele levantarse a las cuatro de la mañana. Temprano se sirve el desayuno que le prepara su mamá y después toma dos buses para llegar al colegio. Esa es la rutina diaria de una alumna que se considera no solo una buena deportistas, sino también una excelente estudiante. Los profesores del plantel destacan con frecuencia su rendimiento académico.
Pese a ese empeño, confiesa que no le gusta la materia de Lenguaje por la cantidad de tareas que le envían. Pero su aspiración en el futuro es ser policía o cadete de la FAE. “Me ayudan mi carácter y mi estatura (1.62 metros), sigo creciendo y no sé hasta dónde llegaré, tal vez seré gigante”, bromea.
Durante la última fase de entrenamientos en la pista de los Chasquis le ocurrió algo anecdótico. Mientras se encontraba en la cancha del colegio preparando un lanzamiento, sufrió en su cabeza el impacto de un disco que había lanzado otro compañero que no se percató de que ella se encontraba cerca.
El accidente le produjo un corte en el cuero cabelludo, por lo que fue trasladada a urgencias del Hospital Militar, en donde le suturaron la herida con 4 puntos. “La sangre me salía como por manguera”, comenta la deportista entre risas cargadas de nervios.
Sus compañeras y amigas le recuerdan siempre este “bautizo” en el atletismo colegial. Todas tienen su historial y algo que contar desde su ingreso al prestigioso colegio laico que desde este año es mixto en la sección diurna. “Lizbeth” es una de las “cachorras” del primer curso (octavo de básica) y también debe ajustar sus horarios para poder estudiar y entrenarse con regularidad.
DATOS
Los entrenamientos en la unidad educativa se realizan tres días a la semana desde las 13:30 hasta las 15:30.
Un gimnasio adecuado para el fortalecimiento muscular de los atletas, la pista de tierra y los graderíos del estadio son utilizados en la preparación de los deportistas durante la pretemporada.
Sin embargo, los seleccionados de Pichincha concurren diariamente a la pista de Los Chasquis para cumplir los entrenamientos en la parte técnica y táctica, contando con la implementación requerida para el efecto.
Los sábados, con los atletas más distendidos, se desarrolla un entrenamiento exigente en relación con la técnica de los saltos (largo y alto), garrocha, vallas, lanzamientos y relevos, con la venia de los padres de familia y autoridades del colegio.
La recuperación de clases se realiza los días que no tienen entrenamiento (martes y jueves); es ahí cuando los aletas del Colegio Mejía se igualan en los estudios y conocimiento de las materias en las que se encuentren con bajo puntaje, con sus respectivos profesores.
Ex estudiantes del colegio, ahora profesionales, se suman a la labor del cuerpo técnico, sin remuneración alguna, todo por amor a los colores azul y oro, como una señal de agradecimientoCompitió en la especialidad de tetratlón (lanzamiento de bala, salto alto y salto largo), pero su mejor participación la tuvo en la prueba de relevos 4 x 60 metros. “La preparación fue muy fuerte de lunes a sábados, llegaba a la casa a tomar un baño con dolor de las piernas, pero yo sabía que todo eso me llevaría al éxito, y no fue aburrido porque estuve con mis amigas y lo tomé algo así como un juego, pero con mucha responsabilidad”, manifiesta la quiteña de 12 años, quien al igual que sus compañeras siente orgullo de estudiar en el “patrón Mejía”.
Por su parte, “Estephani”, como la llaman sus amigas, no olvidará que en las prueba de obstáculos sufrió una caída. Luego de saltar la fosa con agua, sus zapatos mojados no le permitieron tomar en buena forma el siguiente obstáculo, cayó y se golpeó el pie, pero logró recuperarse y alcanzó la tercera posición.
El hecho de integrar un equipo femenino provocó muchas expectativas al interior del colegio; sin embargo, luego de los primeros chequeos, entrenamientos y evaluaciones hubo un clima de optimismo porque se contaba con buenos elementos.
Cuarenta alumnas fueron seleccionadas en primera instancia, pero el grupo se redujo a medida que aumentaron las exigencias. “No se las puede obligar a que les guste este deporte; sin embargo, ya se les dio la formación básica y al final nos quedamos con un grupo de 15 chicas”, sostiene Rocío Garzón, quien forma parte del cuerpo técnico.
El equipo masculino tuvo una destacada participación. Melvin Tenesaca ha representado al colegio en dos certámenes anteriores y en 2013 participó en lanzamiento de bala, de martillo y de disco, ubicándose entre los tres primeros de la competencia intercolegial. Actualmente está inscrito en quinto año.
Luis Lema fue el ganador en salto triple (12.20), se llevó el segundo lugar en salto largo e integró el equipo de postas. Ronnie Chávez, por su parte, representó al colegio en las pruebas de vallas en la categoría cadetes (15 años); mientrasque Jhonatan Valdiviezo formó parte del equipo ganador en la prueba de postas combinadas.
Durante el torneo intercolegial, Santiago Espín justificó sus antecedentes como seleccionado de Pichincha y del país. En su palmarés constan las medallas de oro en lanzamientos de bala (17.10) y disco (49.85) en torneos provinciales. “Con dedicación y entrenamiento diario esas marcas pueden ser superadas”, anota el atleta capitalino quien irrumpió en el deporte base, como se conoce al atletismo, desde el primer curso de colegio con el apoyo de sus padres y hermanos.
Se muestra agradecido con el entrenador Leonardo Astudillo porque “él fue quien me acogió en este deporte y me enseñó todo lo que ahora sé”, sostiene.
El atleta posee además el récord nacional de lanzamiento de bala con 17,84 metros. Es campeón nacional, vicecampeón sudamericano y logró la misma distinción en el Grand Prix en Perú, el año pasado. “El próximo año me gradúo y me siento feliz porque el ‘Patrón’ es aún el primer colegio en atletismo. Como siempre, hemos destacado en todos los deportes con mucha garra, pero también voy a extrañar todo este ambiente. Va a ser muy difícil ese momento”, anota el quiteño, quien aspira a ser médico.
Las autoridades del colegio están satisfechas por la actuación del alumnado en las diferentes actividades desplegadas en el año lectivo. En mayo pasado, la selección de fútbol sub-18 ganó el título intercolegia luego de vencer al equipo del Juan Pío Montúfar.
Gracias al campeonato de atletismo, el Mejía representará a Pichincha en los Juegos Nacionales Estudiantiles que se realizarán el próximo mes en Carpuela (Ibarra).