El patinaje sobre hielo solo se practica en Quito
Su barba y patillas estilo ‘Guepardo’ de los X-Men destacan entre las figuras femeninas. Nicolás Burneo (26 años y 1,80 metros de estatura), pertenece a la minoría masculina que dedica parte de su tiempo al patinaje sobre hielo, actividad que actualmente se realiza únicamente en Quito.
Su traje negro se mezcla con las mallas, licras y minifaldas que usan sus compañeras. Son las 18:30, el grupo de patinadores de nivel intermedio ingresa a la pista del Palacio del Hielo (Centro Comercial Iñaquito), 1 de los 3 escenarios con los que cuenta la capital.
Las pisadas, los saltos y los giros de los 8 exponentes empiezan a cortar la superficie, cuyo blanco se asemeja al de un coco. “No es hielo natural”, explica el entrenador Jorge Cañizares (30 años), “es una mezcla de agua, un compuesto químico llamado zap y colorante blanco, pues el hielo natural es transparente”.
Al igual que andinistas en pleno ascenso a un nevado, por más que el ejercicio físico los haga entrar en calor, los patinadores sobre hielo lucen prendas de algodón o lana, que les protegen de los 10 grados celsius que hay en el ambiente.
El centro comercial Plaza Lagos de Guayaquil abre una pista solo por temporada navideña.Tras los primeros ejercicios, que consisten en deslizarse de frente o de espaldas, los jóvenes intentan maniobras más complicadas. Diana Folleco (19 años) insiste con la ‘pirueta’, un movimiento en el que se debe levantar una pierna y dar varios giros sobre la otra. Lo ha intentado desde hace un año, pero no consigue los resultados deseados.
Prueba una vez más, se detiene, respira, resopla y se impulsa. Una, dos, no llega a la tercera vuelta. Asienta los pies para no perder el equilibrio. En este deporte, caer es un gaje del oficio, recuerda que hace 18 meses sufrió un esguince de tercer grado en el tobillo derecho. “Más me dolieron los 3 meses de para”, afirma con tristeza, pero completamente recuperada.
A Nicolás Burneo también le pasó, estuvo 6 meses sin entrenarse debido a un esguince de segundo grado en el tobillo derecho. Lo más difícil, coinciden ambos, es retomar la actividad. No es fácil enfrentar el miedo a lesionarse de nuevo.
Falta organización
Si bien el patinaje artístico sobre hielo es un deporte que nació en el siglo XIX y fue reconocido como olímpico en 1908, su desarrollo en Ecuador es incipiente. No hay clubes ni asociaciones provinciales que impulsen la creación de una federación nacional.
Las 3 únicas pistas del país están en Quito: Palacio del Hielo, Polo Sur y Castillo de Amaguaña, cerrada por remodelación. Ninguna es reglamentaria, la del Palacio del Hielo y la de Polo Sur miden 30 metros de largo por 15 de ancho. Las medidas olímpicas son 60 por 30.
Juan Carlos Ayora, gerente de Polo Sur (Quicentro Sur), que abrió hace 3 años y medio, cuenta que ante la falta de clubes y asociaciones, la actividad es meramente recreativa. “Solo organizamos 2 competencias al año, lo hacemos con la finalidad de medir los progresos de nuestros deportistas. En estos torneos también participan los chicos de las otras pistas”, detalla.
Algo parecido ocurre en el Palacio del Hielo, en los torneos que promueve participan equipos de Polo Sur y Castillo de Amaguaña. En estas justas el promedio de inscritos oscila entre 130 y 140. Diana Folleco asevera que el potencial deportivo es bueno, pero no se consolida por la ausencia de una estructura organizativa. “Los patinadores sobre hielo no tenemos futuro”, lamenta.
Otra limitante para masificar esta disciplina son los costos, un par de patines oscila entre 200 y 1.200 dólares; son importados. Por este motivo los establecimientos que brindan clases prestan patines a sus alumnos. El 90% de los inscritos son mujeres.
En el Palacio del Hielo la mensualidad por la instrucción es de 90 dólares, mientras en Polo Sur es de 50. Esos valores permiten financiar los gastos administrativos y el mantenimiento de las pistas.
Habilidad y entretenimiento
Abigail Martínez (15 años), Dennisse Tirado (15), Lizbeth Díaz (14) y Andrea Paz (13), dicen acudir al Palacio del Hielo en busca de diversión y emociones fuertes. “Aquí encontramos mucha adrenalina, elegancia y concentración”, asegura Andrea.
Cañizares, quien se capacitó en la Asociación de Patinadores Profesionales de Estados Unidos, indica que los niveles de enseñanza son: principiantes 1, principiantes 2, intermedios y avanzados. La edad ideal para comenzar es 4 años. Llegar al nivel avanzado toma 5 años.
DOS DISCIPLINAS COMPLETAMENTE INDEPENDIENTES
El patinaje sobre hielo nació en Europa, en el siglo XII, como un medio de transporte. Al principio se utilizaban patines con cuchillas de hueso, pero luego se utilizó hierro y posteriormente acero, material que predomina hasta la actualidad.
El primer club fue fundado en el siglo XVIII, en Edinburgo (Escocia) y la primera competencia internacional relevante se desarrolló en Viena (Austria), en 1882. Diez años después se creó la Unión Internacional de Patinaje Sobre Hielo (ISU, por sus siglas en inglés), organismo que regula este deporte a escala mundial.
En Ecuador esta disciplina surge con la aparición de las pistas. De las 3 que existen en Quito, la más antigua es la del Castillo de Amaguaña, tiene más de 30 años. La del Palacio del Hielo fue inaugurada en 1998 y la de Polo Sur hace 3 años y medio.
Pese a no haber clubes ni federaciones, patinadores nacionales han terciado en otros países por invitación. La exponente ecuatoriana más destacada en la historia del patinaje sobre hielo del Ecuador es la quiteña Karla Morales, quien ganó una medalla de plata en Alemania, en el Mundial de 2012. Compitió en la división adultos de 36 a 45 años de edad. Ese galardón lo consiguió como parte de la selección de Estados Unidos. No pudo representar a Ecuador porque en el país no existe una federación local.
Marisol Castro, presidenta de la Federación Ecuatoriana de Hockey y Patín (FEHP), aclara que esta institución solo se dedica a las modalidades de patines sobre ruedas, regidas por la Federación Internacional de Roller Sport. “En cada nación debe existir una federación de roller skate y otra de ice skate. En Ecuador el patinaje sobre hielo no surge porque no hay suficientes atletas ni escenarios reglamentarios”, argumenta.