Los graderíos se fueron poblando poco a poco de camisetas amarillas. Pese al frío reinante, la hinchada concurrió casi religiosamente para mirar al “Papá” Aucas en una nueva presentación en su reducto de Chillogallo.   

La música ambiental, con temas nuevos relacionados con el popular club capitalino, comenzó a alegrar el ambiente que cobró un aire de optimismo por el nuevo rumbo que ha tomado el club desde hace pocos días, cuando Ramiro Gordón asumió el manejo del equipo de fútbol.

Banderas, matracas, bocinas y los ya consabidos gritos de “dale A... dale A.. dale A”, retumbaron por los cuatro costados. Fue el preámbulo del choque de punteros e invictos. La UTE arribó al compromiso con 13 unidades y en condición de líder; el elenco “oriental” se ubicaba, en cambio, un peldaño atrás con un punto menos, sin conocer el sabor de la derrota.  

La hinchada saludó alegre a su equipo con una cortina de humo de colores amarillo y rojo. Todo estaba listo para vivir un espectáculo deportivo tan pronto el árbitro Roberto Sánchez hiciera sonar el silbato que dictaminó el arranque.   

Los 4.180 espectadores que pagaron boleto, dejando en arcas la suma de 21 mil dólares, experimentaron la primera satisfacción.

El “viejo Willy” (Sánchez),  como en sus mejores momentos anotó a los 14 minutos en el arco de Édinson Perrazo con impecable lanzamiento  desde los 25 metros.

La volada del arquero “equinoccial” resultó estéril, puesto que el balón tenía pasaporte a las redes y la euforia de los seguidores “orientales” no se hizo esperar.

El encuentro tuvo un trámite parejo. Tyrone Macías se arrimó con prestancia y estuvo a punto de lograr el empate, pero el balón salió a escasos centímetros del vertical; luego fue Eddy Suárez quien exigió al arquero Carlos Espinoza con buena reacción de corta distancia.

El “calvario” de la UTE comenzó a los 66’, cuando Miguel Ayoví fue camino a las duchas por una fuerte falta en contra de Quintanilla; 10 minutos más tarde José Páez corrió la misma suerte. 

Aún cuando la visita se había insinuado con valederos argumentos, la inferioridad numérica se hizo sentir y fue entonces cuando Aucas aprovechó las circunstancias para liquidar el pleito a los 77’ con un instintivo toque del zaguero César Mercado, que había subido al área rival para un tiro libre ejecutado por Quintanilla.

Un hincha de la tercera edad que saboreaba un helado saltó de la emoción con los puños en alto y la refrescante  golosina voló por los aires, mientras coreaba el nombre del equipo del que es hincha. 

A pesar de no tener la misma consistencia con la salida de Sánchez, quien fue reemplazado por Quintanilla, Aucas priorizó la tenencia del balón, pero los yerros en la definición en los últimos metros salieron a flote, a la par de la desesperación de la UTE, que concluyó el encuentro con 8 jugadores, tras la expulsión del zaguero John Garcés (84’).

La satisfacción de la hinchada fue a medias, porque a pesar del triunfo y la calidad de nuevo puntero, esperaba un rendimiento superior.