El Real Madrid venció al actual monarca, el Barcelona, a lo grande (91-74) y recuperó el cetro 19 años después, en un duelo en el que los blancos fueron fieles a su estilo de juego ofensivo. El Real dominó el partido de principio a fin.

No tuvo el Barça ni una sola ventaja en todo el encuentro y sucumbió ante los encantos de Sergio Llull, elegido mejor jugador de la final y de Jaycee Carroll, quienes lideraron el ataque de los madridistas.

Llull (23 puntos, 5 asistencias, 25 valoración) fue determinante en el primer tiempo, Carroll (22 puntos, 4 rebotes, 27 valoración) en el segundo, cuando abortó la única reacción del Barcelona durante todo el partido, que le llevó a situarse a un punto (51-52), a 3:53 para el final del tercer cuarto.

Todo fue positivo. Dos triples y diez puntos en el primer cuarto del madridista llevaron a su equipo a dominar. Entró Navarro, pero sin Lorbek, el Barcelona se aguantaba en el carácter de Pete Mickeal y el juego interior de Boniface N’Dong.

Y en los últimos diez minutos del cuarto período, Carroll se erigió como el protagonista absoluto del encuentro. Anotó desde todas las posiciones, defendió, pasó y reboteó. Llull culminó otro magnífico compromiso.