El “Ídolo capitalino” aún no se recupera del K.O.
“Jugadores del Aucas, les vamos a dar un aplauso de cariño y los acompañaremos hasta el último”, gritó a voz en cuello, desde los graderíos de la tribuna del estadio del sur, Dafusa Dantelli De la Carrera, un jubilado pomasqueño de 77 años, ex jefe de la Banda Municipal de Quito, hincha confeso del club capitalino, en el último cotejo en condición de local ante Juventud Minera.
Todo ese fervor y entusiasmo refleja el sentimiento del hincha que guarda en lo profundo de su corazón los colores oro y grana. Pero la triste realidad es que no se alcanzó el propósito de volver a la divisional “B” y el “Ídolo quiteño” seguirá militando en la Segunda Categoría de la AFNA, al menos en 2012.
La pérdida de categoría con el descenso a la serie “B” en 2006, luego de permanecer 15 años en primera “A”, comenzó a causar preocupación y malestar en la hinchada.
A pesar de disponer de un estadio propio, Chillogallo, inaugurado en 1994 con el notable impulso del Gobierno de aquel entonces; y la construcción de su sede social en el norte de la capital, Aucas no alcanzó a recuperar el terreno perdido y su lugar en la serie “A”.
La situación se tornó mucho más compleja en 2009 al perder vigencia en la serie “B” y descender a la segunda categoría de la AFNA, agobiado por una crisis de orden económico y deportivo. Aun cuando las directivas de turno trataron de encontrar una luz al final del túnel, no hubo forma de consolidar a la institución en el plano futbolístico y económico.
El talón de Aquiles del popular club quiteño ha sido, y es hasta los actuales momentos, lo económico.
Deudas con distintas entidades, como el SRI, Federación Ecuatoriana de Fútbol, AFNA, con jugadores y entrenadores que prestaron sus servicios -incluso han recurrido a la FIFA para cobrar sus haberes-, lo agobian.
El Municipio de Quito y el IESS son otros de los acreedores que han figurado dentro y fuera de la institución. La falta de una auditoría seria y responsable ha dado lugar a que los directivos de turno, que por razones de distinta naturaleza tomaron las riendas del club, se encuentren con estados financieros inesperados y que a la postre los distrajeron de su real cometido: el ascenso.
La hinchada se ha mostrado fiel a la causa. Fue así como en 2010, cuando las condiciones eran las más propicias para su retorno a la serie “B”, llenó el estadio Ciudad de Ibarra; 12 mil hinchas acompañaron al equipo para el encuentro frente al Valle del Chota y, al final, lo despidieron entre lágrimas, con cierto aire de impotencia, al ver que sus ilusiones se desvanecieron nuevamente en el estadio imbabureño.
Lo ocurrido en la temporada que concluyó recientemente fue el detonante que provocó la ira de algunos hinchas, quienes, inclusive, llegaron a agredir a los jugadores y a proferir airados reclamos a los dirigentes y cuerpo técnico.
Sobre el momento actual, hay varios criterios, pero todos coinciden en que las limitaciones económicas y la falta de visión de los directorios de los últimos años han provocado esta crisis en la que se encuentra.
Rodrigo Espinoza, un apasionado seguidor de la divisa amarilla desde 1959, considera al Aucas como parte de su vida, de su familia e hijos, que en igual forma sienten una pasión por el club fundador de la AFNA.
Formó parte del equipo de trabajo de la actual directiva que preside Alberto Ayala. “Yo sé los problemas que ha tenido el Aucas, no le voy a decir que equis persona es culpable, le digo que la mayoría de hinchas, socios y ex directivos, todos somos culpables, porque definitivamente no pudimos hacer un frente económico y deportivo para poder sacar al Aucas del sitial en que se encuentra”, fueron sus expresiones.
En 2011 se realizó un nuevo intento por ascender a la serie “B”. “Este año, que está por culminar, se hicieron mal las cosas. El entrenador (Alfredo Encalada) no supo escoger al elemento (jugadores), los directivos confiaron en él y usted sabe que la hinchada del Aucas recuerda las cosas buenas y las malas, nosotros las tendremos presentes hasta la muerte. De tal forma, me parece que la directiva se equivocó al nominar al señor Alfredo Encalada como entrenador”, manifestó Ayala.
Volver a empezar es el camino. “Tenemos que seguir el buen ejemplo de equipos grandes del Ecuador, caso Liga, reconocido a nivel mundial; comenzó casi igual que nosotros, pero hubo quien se ponga al frente, arriesgando (Rodrigo Paz); nosotros tenemos cómo arriesgar, una hinchada que se encargará de solventar en un 60 o 70 % el presupuesto, otro rubro son las firmas comerciales; y si algo falta, tendremos que hacer una especie de empresa”, señaló.
Alberto Ayala Villavicencio es el actual presidente del club y no logró estructurar un equipo competitivo para el ascenso y, finalmente, no pudo subir en 2011.
“Fue una situación muy complicada en la que recibimos al Aucas. Sabiendas de que no era buena, nunca pensamos que era tan crítica y difícil, porque los derechos del club estaban suspendidos en la Federación Ecuatoriana de Fútbol por deudas que ya tenían sentencia en los organismos de la FEF; y entre todas las deudas (a distintas entidades) se superan los 350 mil dólares, incluyendo reclamos de técnicos a través de la FIFA”, argumentó.
La hinchada no es insensible ante el estado de las cosas y ha reaccionado de distintas maneras, incluyendo actos inapropiados.
“La reacción de la hinchada es comprensible porque todos nos sentimos dolidos por esta situación. Aucas no debe estar en la segunda, tiene un prestigio ganado, pero hay que controlar el exceso, porque a veces perdemos el control psicológico y podemos cometer acciones, incitados por gente que está siempre tratando de hacer daño y opacar la labor de la directiva”, expresó.
Es preocupante el escaso número de socios que tiene el club. En el año 2009 apenas estaban registrados 86 u 87 socios, de los cuales muchos cancelaban solo 70 dólares anuales y otros 120, muy pocos colaboraban con 180 y unos dos o cuatro miembros del directorio pagaban 200 dólares.
“Adoptamos una resolución en las primeras sesiones del directorio que presido y fijamos una cuota única de 500 dólares anuales para los socios del club ante la crítica situación; hicimos un lanzamiento, pero no se ha podido incrementar el número de socios, porque no gusta la idea de que Aucas esté en segunda”, indicó.
Ramiro Montenegro López asumió la presidencia del club en dos períodos, entre 1994-2004 y 2008-2009. A veces incomprendido y criticado, estuvo en los momentos más difíciles del club.
Ha sido uno de los dirigentes más importantes en su gestión, en la que destaca, además de los logros deportivos en cuanto a participaciones internacionales, como las fases preliminares de la Copa Merconorte y Sudamericana, la construcción del complejo Luis Flores Valenzuela, la cancha alterna y ampliación de baterías sanitarias, entre otros.
“La situación de nuestro club en la actualidad no puede ser más trágica, porque no solo que no logró el ascenso a la serie ‘B’, sino que da muestras de una desorganización y una pobreza total”, anotó en referencia a lo ocurrido en el partido con Ferroriarios en Durán, en donde Aucas, además de que tuvo que recurrir a ropa prestada (pantalonetas negras), fue goleado.
La falta de una buena estructura económica en los últimos años profundizó el estado de crisis, más aún luego del desencanto experimentado a raíz del publicitado convenio suscrito con Sports Leads Media, que a la postre fue un gran engaño.
“La debilidad económica es causa para que todas las demás actividades se afecten enormemente: en la organización, planificación, estructuración de un buen equipo, de un andamiaje que permita una administración apropiada del club; en todo influye la situación económica que para finales de 2004 había quedado prácticamente saneada”, precisó el ex directivo.
Sin embargo, de nuevo surgieron inconvenientes de orden económico, provocados por la inconformidad de un grupo de hinchas que tomó decisiones para desconocer al directorio y dar paso a un nuevo titular.
“Otra vez volvimos a lo de siempre, perdimos la categoría, la posibilidad de tener mejores auspicios y una mejor respuesta de la empresa privada para que funcione apropiadamente el club. Eso se manifiesta en que no se cuenta con los recursos para formar un buen equipo y tener posibilidades de superación”, enfatizó Montenegro.