La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, inauguró este fin de semana, en Belo Horizonte (Minas Gerais, sureste de Brasil), el estadio Mineirao, una de las sedes del Mundial de fútbol Brasil 2014.

En ese escenario se disputarán también partidos de la Copa Confederaciones, el próximo año.

Este recinto, uno de los templos del fútbol brasileño y casa de los multicampeones nacionales Atlético Mineiro y Cruzeiro, tiene capacidad para 66.805 espectadores y será el escenario de siete partidos de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014, incluyendo un encuentro de las semifinales.

El proyecto de modernización consistió en el rebajamiento del campo, la mejora de su accesibilidad y el cumplimiento de otros requisitos que propiciarán, entre otras cosas, la reutilización del agua de lluvia. Cuenta con una capacidad de almacenamiento de hasta 6’270.000 litros.

Situado en el barrio de Pampulha e inaugurado el 5 de diciembre de 1965, el estadio pertenece al Gobierno Estatal de Minas Gerais, y su nombre oficial es Governador Magalhães Pinto, aunque los aficionados lo conocen más bien como el Mineirão.

La atmósfera y animación de este escenario cuando juegan el Gallo y la Raposa, como se conocen al Mineiro y al Cruzeiro, son contagiosas. Lo mismo ocurre cuando la Selección salta a este césped, como por ejemplo en dos ediciones con el superclásico Brasil-Argentina, en 2004 y 2008, durante la fase eliminatoria para la Copa Mundial de la FIFA. Grandes atacantes como Ronaldo, Tostão, Reinaldo y Dario exhibieron su talento en esa cancha.

“Los brasileños demostramos al mundo que somos buenos dentro del campo y también fuera de él”, celebró la mandataria, que precisamente nació en Belo Horizonte.

Durante la ceremonia de inauguración, el presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, envió un saludo por vídeo.

El domingo pasado Rousseff había inaugurado el primer estadio en Fortaleza (estado de Ceará), en el noreste del país. Brasil y el máximo organismo del fútbol vivieron momentos de mucha tensión a inicios de este año, cuando la FIFA criticó la lentitud de las obras de cara al Mundial.

El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, llegó a decir que Brasil necesitaba “una patada en el trasero” para acelerar los trabajos, lo cual desató reacciones airadas en el Gobierno y el Congreso, aunque la polémica ya quedó atrás.

Las obras para remodelar el estadio Mineirao de Belo Horizonte comenzaron en enero de 2010 y tuvieron un costo de unos $ 1.750 millones.

Este nuevo escenario cuenta con restaurante, una explanada, vestuarios de lujo, camerinos y pantallas de alta definición, entre otros. En las obras de remodelación trabajaron unas 3000 personas.

Los estadios, que se utilizarán como plataformas futbolísticas serán: el Estadio Nacional en Brasilia, el Arena Pantanal en Cuiabá, el estadio Arena de Baixada, ubicado en Curitiba, el Castelao en Fortaleza, el Arena Amazonía de Manaos, Estadio das Dunas en Natal, el estadio Beira-Río de la ciudad de Porto Alegre, el Arena Pernambuco en Recife, el infaltable e histórico Maracaná en Río de Janeiro, el Arena Fonte Nova de la ciudad Salvador y el Arena ubicado en Sao Paulo.

Algunos proyectos de modernización para mejorar la infraestructura de los estadios continuarán a lo largo del año 2013 con el objetivo de obtener la LEED Platinum, que es la calificación mejor considerada y más difícil de obtener del mundo.

El Mundial 2014 se disputará entre el 12 de junio y el 13 de julio en 12 ciudades brasileñas.
La Copa Confederaciones de la FIFA se jugará en junio del 2013, en seis sedes.