El baloncesto enamoró a los Escalante
El apellido Escalante es sinónimo de baloncesto en Pichincha. Los nombres de Ramiro y Juan Escalante sonaron en la década de los 60 en torneos juveniles provinciales y nacionales. Fue así como lograron ganar un espacio dentro de la historia deportiva de los colegios Mejía y La Salle (Quito).
El baloncesto capitalino tiene una particularidad. Pocas veces dos hermanos han jugado en un mismo club. En los registros, los casos son contados. Jorge y Carlos Carrera lo hicieron en el Banco Central; Fernando y Xavier Martínez en La Salle; Gonzalo y Rubén Troya en el San Pedro Pascual, y los hermanos Domínguez en el Mejía. Ramiro Escalante (+) fue el promotor del baloncesto en el seno familiar en 1955.
Lo hizo defendiendo los colores del Colegio Mejía, con el que se adjudicó cinco títulos consecutivos hasta 1959. Juan se integró al seleccionado estudiantil del “Patrón”, como se conoce a ese centro educativo, en 1957 y fue uno de los artífices de los tres últimos campeonatos de aquel entonces.
Fue así como se involucraron en el deporte de la canasta. Juan fue jugador activo hasta cumplir 26 años (hoy tiene 73) e integró el seleccionado ecuatoriano que participó en el sudamericano de Córdoba, Argentina (1960). En ese torneo junto a su hermano Ramiro compartió el camerino con los inolvidables Pablo Sandiford, Marcelo Holguín, Abel Jiménez y Alfonso Quiñónez.
Los hermanos Escalante asumieron la dirección técnica en la década de los 80. Juan dirigió al equipo del Mejía y Ramiro lo hizo en La Salle. Así nació una sana rivalidad en los intercolegiales.
Juan, dueño de un fuerte temperamento, a ratos irascible en la banca, ganó prestigio gracias a los 15 títulos consecutivos que obtuvo con ese plantel hasta 1993. Esos campeonatos fueron el trampolín para pasar a clubes semiprofesionales como Wesco, Liga Deportiva Universitaria y Banco Central. “Con excepción de San Pedro Pascual y Mavort, he sido entrenador de casi todos los equipos de Pichincha”, afirmó Juan, quien hace tres semanas obtuvo el vicecampeonato del torneo intercolegial 2012.
El deceso de su hermano Ramiro, durante una operación a corazón abierto, en el 2006, “golpeó” al baloncesto capitalino. Ocurrió en el momento en que sus conocimientos y capacidad los había trasladado a la “pantalla chica” como comentarista deportivo.
John y Jeff Escalante tomaron la posta. Recibieron un legado de su padre y tío, respectivamente y siguieron sus huellas sin que nadie les obligara; “lo hicieron porque les gustó, bajo ningún punto les impusimos”, anota Juan.
El dicho pupular “De tal palo, tal astilla” se aplica en este “clan”. John tiene el temperamento de su padre y es un técnico ganador. Con el equipo de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE) obtuvo el título de la Liga Nacional Masculina en el 2010 y el 2011. Con Importadora Alvarado lo hizo en el 2012.
Esos campeonatos le permitieron dirigir en la Liga Sudamericana. Jeff fue uno de los mejores jugadores ecuatorianos hasta el 2004.
Su virtud para encestar canastas de tres puntos lo catapultó al baloncesto de EE.UU. gracias a una beca que ganó para estudiar en la universidad Fort Lewis College. Después de participar durante cuatro años en torneos estudiantiles y amateur, regresó a Ecuador, en el 2007, para continuar su carrera en el equipo de la UTE. Un año después decidió retirarse y fue contratado para entrenar al equipo del colegio Americano de Quito, donde continúa hasta la actualidad.