El ambiente se prendió horas antes del partido
La tradicional rivalidad entre ecuatorianos y peruanos se sintió ayer, pero de una manera festiva en las afueras del estadio Atahualpa, previo al duelo entre ambos combinados.
Colgados de un pequeño palo y sujetados por unas sogas plásticas se mostraron tres cabezas y una pata de gallina, en alusión al epíteto de los peruanos y también para representar a los “4 Fantásticos” (Guerrero, Vargas, Farfán y Pizarro). Incluso hubo un intercambio de palabras entre ambas hinchadas que pronto se solucionó. El ambiente estaba prendido.
Entre los locales hubo aficionados de todos los sectores del país. Los primeros en llegar a la fila del sector de la preferencia fueron 45 riobambeños con bombos y timbales.
Poco a poco también llegaron ex figuras de la “Tri” como el papá de Cristian Benítez, Ermen; Jacinto Espinoza; y Carlos Tenorio.
Largas travesías que incluyeron casi tres días de viaje con paradas en distintos lugares del territorio peruano y también ecuatoriano cumplieron los aficionados del departamento de Huanuco (centro del Perú), que llegaron hace una semana hasta Quito para asistir al encuentro de eliminatorias Sudamericanas, que ayer enfrentó a Ecuador y Perú en el estadio Atahualpa.
Alrededor de 40 personas se embarcaron en ese periplo por primera vez para alentar al plantel del “Rímac”. La llegada del técnico Sergio Markarián levantó a los “incas”, que están aferrados a la idea de retornar después de tres décadas de ausencia a una Copa Mundial. La última vez que Perú asistió a la máxima cita fue en España 82.
Un viaje menos largo, pero igual de cansado (16 horas) cumplieron los hinchas desde Piura (extremo noroeste) para alentar a su equipo. “Estamos muy entusiasmados por todo lo que está cumpliendo nuestra selección en la eliminatoria. Parece que volveremos a un mundial”, sostuvo Javier Valdivia, de 40 años.
Fue fácil distinguir a los “vecinos del Sur” por los atuendos que lucieron. Todos bien identificados con los colores de su país e incluso algunos comerciantes desde Perú trajeron camisetas para expenderlas entre sus compatriotas.
La cercanía de ambos países facilitó el desplazamiento de los “incas”, que debieron ubicarse en la preferencia y tribuna norte, en un número aproximado de 3.000.