“El alma de Barcelona” está en Durán
La frase “ni un paso atrás”, dicha por el ex presidente de la República, Sixto Durán Ballén, en 1995, en pleno conflicto bélico contra el Perú, les sirvió como incentivo a los hermanos Cañarte, cuando iniciaban un proyecto futbolístico.
A pesar de los problemas que se les presentaron en un principio, Simón y Clímaco, glorias de Barcelona en la década de los 50, no se dieron por vencidos y sacaron adelante la fundación Ídolos del Astillero, con la que buscan ayudar a la masificación del fútbol en el país.
Efectivamente, el semillero se inició en 1995. La escuela de fútbol se asentó en la Primavera 2 de Durán, en unos terrenos que fueron donados por el Municipio de dicho cantón, cuando Luis Santos era su alcalde.
“Los dos Cañarte estamos a cargo desde el principio. También nos acompañaron Enrique Cantos, Sigifredo Chuchuca y Enrique Romo... ellos ya están muertos y nosotros seguimos al pie del cañón”, lanza Clímaco, quien extiende la lista de los fundadores de Ídolos del Astillero a Fausto Montalván, Jorge Delgado, Luciano Macías y Vicente Lecaro, “quienes siguen vivos, pero ya no vienen a la cancha”.
Clímaco indica que la fundación, que nació como idea de ex futbolistas de Barcelona, agrupados en el Club Social y Deportivo Ídolos del Astillero, se formó ante la “necesidad que teníamos de seguir vigentes en el fútbol; todos nos queríamos meter a una cancha y volver a jugar. Queríamos compartir nuestras vivencias y encontramos en una escuela de fútbol la mejor manera de hacerlo”.
Actualmente, Ídolos del Astillero, también conocido como “El alma de Barcelona”, cuenta con 150 niños y jóvenes, de entre 7 a 18 años, quienes entrenan de lunes a viernes en las instalaciones de la fundación deportiva.
“Tenemos desde la Sub 9 hasta la 18. Los chicos menores de 15 años los manejo yo, mientras que mi hermano Simón se encarga de los mayorcitos (hasta 18 años)”, dice Clímaco, quien fue campeón con el “Ídolo” en 1960 y 1963.
Los colaboradores de la institución son los entrenadores Stanley Ganan (niños de 8 a 9), Manuel Velásquez (9 a 11), Eduardo Carreño (12 a 14), Franklin Burgos (12 a 14) y Freddy Muslay (16 a 18).
“También nos ayuda doña Ivonne Franco, mamá de Jorman Grijalva, uno de los alumnos. Ella, al igual que don Franklin Burgos, no cobra sueldo... todos trabajamos por amor a la camiseta. Los entrenadores reciben un sueldo muy bajo, pero así es esto”, indica Simón Cañarte, primer goleador de los campeonatos nacionales, con 4 tantos en 1957.
El ex goleador “canario” expresa que las mensualidades de la escuela de fútbol son de 10 dólares por niño, “un valor que no alcanza para mucho. No recibimos ayuda de nadie, ojalá alguna entidad pública o privada nos quiera ayudar”.
Simón manifiesta que esperan colaboraciones para “que los muchachos se sientan mejor. Queremos construir unos camerinos de primer nivel y mejorar las canchas”.
Con 75 años, Clímaco se viste de corto los martes y jueves para entrenar con los más pequeños; de su parte, Simón calza sus pupos los miércoles y viernes para entrar al campo con los que pasan de 16 años.
“Alejarnos del fútbol es como morir para nosotros. Aunque no deje mucho dinero, es un pasatiempo que hacemos con mucho gusto, ya que hemos sido futbolistas toda la vida. Ojalá podamos ayudar a que salgan nuevos chicos para Barcelona y la selección”, lanza Simón.