Dussan: “He perdido a un hijo”
Un enorme arreglo de flores blancas en forma de corazón acompañó ayer, en la parte alta de la sala 3 de velación en Monteolivo, al noroccidente de Quito, el féretro de Dragan Miranovic.
Sus compatriotas, colegas, amigos, dirigentes y jugadores ecuatorianos fueron los primeros en acudir a despedir al estratega que perdió la vida el lunes pasado, a los 55 años, producto de un fulminante paro cardiorrespiratorio.
“Realmente es muy doloroso todo el momento que estamos viviendo, yo me enteré en mi trabajo del fallecimiento de mi padre y me sorprendió porque no tenía ninguna enfermedad, aunque en los tres últimos días se ponía pálido y le dolía mucho el pecho, pero él decía que no era nada”, comentó su hijo Zeljko.
El primogénito, de 30 años, dijo que hace 3 semanas su padre reabrió un local de comida en la Plaza Foch. “Estaba esperando que algún club adquiriera sus servicios como DT, pero como nada llegaba, decidió ocupar su tiempo en el restaurante”.
Su hija Tanja, quien fue seleccionada de baloncesto, debió llegar ayer por la noche desde Estados Unidos, en donde trabaja.
Dussan Draskovic, quien fue el responsable de la vinculación de Dragan al balompié ecuatoriano en 1989, se mostró consternado por el deceso de quien dijo apreciar sobremanera. “Es muy triste esta situación y sobre todo inesperada porque no estaba enfermo.
Para mí es una pérdida grande, pues lo consideré como mi hijo por toda la dedicación que le ponía a su trabajo”, expresó Draskovic, que viajó de Portoviejo a Guayaquil y desde allí hasta Quito para acompañar a su coterráneo. Por la amistad que los unió, él también recibió las condolencias.
Dragan llegó por primera vez a Ecuador hace 23 años, cuando dirigió el equipo de Asoguayas. Después pasó por Deportivo Quito y regresó a concluir sus estudios como entrenador en la ex Yugoeslavia.
En 1992 integró como jugador el Valdez y participó en tres cotejos de Copa Libertadores. Después viajó a Perú, donde fue seleccionador de las categorías juveniles por 2 años.
En Ecuador dirigió a Olmedo, Deportivo Quito, Deportivo Cuenca, El Nacional, Aucas y Barcelona. En Colombia también fue entrenador de Millonarios, Independiente de Santa Fe y Junior.
Entre 1995 y 1996 estuvo junto a Dussan en la selección boliviana, de la que fue estratega juvenil y asistente técnico del elenco mayor.
Todos sus amigos cercanos lo recuerdan como una persona sumamente entregada a su profesión y con un físico envidiable, capaz de adaptarse a cualquier tipo de comida sin problema alguno.
“Era de los que corrían junto a uno y no se cansaba. Sus enseñanzas no eran solo deportivas sino personales. Fue un gran profesional y también ser humano”, manifestó Jorge Corozo, ex golero de Olmedo.
En enero pasado, antes de salir del equipo riobambeño, se hizo un chequeo médico. “Todos los exámenes registraban un perfecto estado de salud y eso se veía en su rostro. No tenía problema en perder peso cuando quería.
Tranquilamente podía cumplir doble jornada con 4 horas de entrenamiento”, contó Draskovic.
El cuerpo de Miranovic permanecerá en velación hasta que se cumplan todos los trámites que permitan la repatriación del cadáver.
Será enterrado en Feketich (norte de Serbia), lugar en el que están los restos de su padre Llubica y de su madre Blazo.