Desde hace 12 años un accidente de tránsito le provocó la pérdida de la visión a Hernán Pichucho, pero este impedimento visual no disminuyó al quiteño, quien el fin de semana compitió en la sexta edición del Triatlón de Galápagos, que se desarrolló  en la isla Santa Cruz.

Hernán, quien solo realizó dos de los tres deportes que engloba el triatlón (cicleó y corrió), mientras esperaba a su compañero de equipo, Miguel Pérez, quien estaba encargado de la natación, comentó que esta meta se la propuso a inicios de año, pues cree que haber perdido la visión no es un impedimento para realizar alguna actividad deportiva. "La verdad, al inicio, cuando tuve el accidente, fue complicado salir adelante pues pensé que ya no podría hacer nada nunca más, pero luego de algunos años conocí a un grupo de personas no videntes que, pese a su complicación, realizaban varias actividades, entre ellas el deporte".

Hernán relató que hace tres años empezó a nadar, correr y ciclear, para mantenerse activo, pero desde  hace un año empezó a competir en distintos eventos deportivos.

El también bombero de 37 años, sostuvo que a inicios de este año, en Salinas compitió su primer triatlón, el XTerra, el cual consistió en nadar 800 metros, ciclear 16 kilómetros y correr 5 km. "Fue una competencia muy especial para mí, ya que pude vencer mis miedos, debido a que antes solo había nadado en piscina y esa vez fue en el mar. Gracias a Dios todo salió bien y debido a ello me inscribí para el evento que se desarrolla anualmente en Galápagos".

Pichucho, quien la parte ciclística la realizó en una bicicleta adaptada para dos personas junto a Daniel Acosta, otro miembro de su equipo, mencionó que su principal objetivo para el próximo año es inscribirse en distintas competencias paralímpicas, las cuales le puedan dar puntos para competir en los JJ.OO. Paralímpicos. "Esa es mi meta, representar al país en unos Juegos Olímpicos, pero para eso me estoy preparando y buscando auspiciantes que quieran confiar en mí, ya que es complicado financiar todos los gastos que implica la preparación, como los viajes, entre otros".

Luego de la prueba realizada en las “Encantadas”, Pichucho regresó a Quito, para continuar con sus actividades como parte del Cuerpo de Bomberos de la capital y con lo que más le gusta, la vida deportiva.

Francisco Portes, a quien hace dos años le detectaron cáncer al esófago y hace tres meses fue desahuciado, es otro atleta que pese a tener una complicación de salud se dio cita a este evento, que sumó alrededor de 500 inscritos. “El agua estuvo más difícil que años pasados, se nadó contracorriente pero fue posible completar el recorrido en una de las pistas naturales más hermosas del mundo”, sostuvo el atleta de 58 años luego del evento, que se organizó por sexto año en Santa Cruz.

Pese a su diagnóstico clínico, Portes aseguró que hace años tenía como meta participar en esta competencia, y esta vez gracias a la ayuda de la Fundación Mariadelia pudo cumplir con su anhelo. “Físicamente esta enfermedad a uno lo limita y desgasta notablemente, pero, pese a que  los médicos se rindieron tras mi tratamiento, me sobrepuse a todo con la ayuda de Dios. El deporte me ha ayudado a salir adelante y con esto espero ser ejemplo para las personas que padecen esta enfermedad”, indicó.