Dubái, Emiratos Árabes Unidos.-

El número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, participará a partir de mañana en el torneo de Dubái, su primera competición desde que derrotara al español Rafa Nadal en la final del Open de Australia del pasado 29 de enero en Melbourne.

A pesar de que Djokovic ya había ganado el primer “grande” de la temporada en dos ocasiones anteriores, 2008 y 2011, su reciente triunfo lo ha hecho entrar en una nueva dimensión.

El presidente de Serbia, Boris Tadic, le entregó la mayor distinción del país, la Orden de la Estrella de Karadjordje, el pasado 17 de febrero. Además, Djokovic asistió a la presentación de una estatua de su figura en cera en la ciudad serbia de Jagodina y recibió en Londres el premio Laureus como mejor deportista del año 2011.

Al día siguiente de recibir la distinción, en la que se impuso en la votación al futbolista argentino Lionel Messi, Djokovic declaró en Belgrado que era feliz de representar a Serbia “de una manera tan hermosa después de la publicidad negativa que ha tenido en los últimos años”.

Todo esto sugiere que Djokovic ha dejado de ser un jugador de tenis extraordinario, para convertirse en una celebridad. Un proceso similar vivió en los últimos años el suizo Roger Federer, único jugador que ha ganado 16 títulos de Grand Slam.

La capacidad que tenga Djokovic para afrontar su nuevo papel será un aspecto fundamental a la hora de comprobar si durante  2012 puede mantener el espectacular ritmo de victorias que logró en 2011.

Una señal del nuevo enfoque con el que afronta el calendario es que, durante el último mes, no ha competido, incluyendo la renuncia a la eliminatoria de la Copa Davis que su selección, Serbia, ganó a Suecia hace dos semanas.

“Voy a estar con mis compañeros de equipo con todo mi corazón, pero no voy a ir a Nis (Serbia) porque voy a hacer algo que no he hecho en siete años, ir a esquiar con mis amigos”, señaló el número uno del mundo.

Su capacidad de relajación, de combinar competición con descanso, también puede ser crucial en esta temporada, que cuenta con el aliciente especial de jugar los Juegos Olímpicos de Londres.

“Tengo mucha ambición, pero es pronto para que nos demos cuenta de lo que hemos conseguido”, comentó el tenista serbio durante una rueda de prensa posterior al Abierto de Australia.

Djokovic también admitió que todavía está aprendiendo a organizarse, como a controlar sus emociones, tanto dentro como fuera de la pista, para ser un jugador más completo en todos los aspectos.