Debut y despedida de Nadal en el pasto inglés
¡Sorpresa... gran sorpresa! en la primera ronda de Wimbledon. El belga Steve Darcis (135 ATP) batió ayer al español Rafael Nadal, el doble campeón en Londres, por 7-6(4), 7-6(8) y 6-4 y lo eliminó así en la primera ronda del torneo londinense.
Es cierto que Nadal, quinto en el ranking mundial, llegó sin preparación en césped y que sus rodillas no son aliadas a esta superficie. Sin embargo, no deja de sorprender la victoria del belga que arriesgó mucho sumando 53 torneos ganadores (contra 32 de su rival), 12 de ellos desde el saque directo.
Además, igualaron en tiros ganadores (24 por lado), algo extrañísimo en el hombre de Manacor (campeón aquí en 2008 y 2010) que estuvo muy errático y que siempre intentó evitar el golpe de revés.
Pero el momento clave del partido fue en el “tiebreak” del segundo set: Darcis estuvo arriba 6-3 y, si bien Nadal logró remontarlo, quedó en manos del belga que, a partir de ahí, se encaminó a la victoria.
Nadal pasó del cielo al infierno al verse superado en un agónico compromiso de primera rondaDe esta manera, se concretó la primera derrota del tenista español en el debut de un Grand Slam. Además, Darcis es el peor rankeado en vencer a Nadal desde Joachim Johansson (690º) en Estocolmo 2006. Para redondear la magnitud del resultado, Gustavo Kuerten, en 1997, había sido el último campeón de Roland Garros (pasado torneo de Grand Slam) en caer en el debut de Wimbledon. Pasaron 16 años.
La historia se repitió un año después de que el checo Lukas Rosol fulminara a “Rafa” en la segunda ronda, y el español se despidió por segunda temporada consecutiva del torneo londinense, tras perder ante un rival que, en teoría, no suponía una amenaza sobre el papel.
Pocos días después de establecer un nuevo hito en la historia del tenis al coronarse en Roland Garros como el único tenista que ha conquistado 8 grandes torneos, Nadal pasó del cielo al infierno al verse superado en un agónico compromiso de primera ronda, y ceder en esa fase después de 35 “Grandes” disputados.
El español era hasta ahora el único tenista del circuito que ha sido número uno del ránking de la ATP y que no había perdido nunca un primer duelo de un Grand Slam en su carrera, una estadística que el belga Darcis se encargó de quebrantar.
Con 27 años, Nadal abría su noveno Wimbledon, un torneo que ha ganado en dos ocasiones con la vista puesta en una tercera corona después del éxito de París.
Nadal jugaba como quinto cabeza de serie, después de una temporada marcada por la lesión en su rodilla izquierda que le apartó de las pistas más de siete meses, después de la derrota ante Rosol el año pasado.
Si bien la inercia ganadora de Roland Garros parecía sólida, el mallorquín ya advirtió antes del torneo que la hierba no era la mejor superficie para su golpeada rodilla.
El español tuvo que salvar una bola de ruptura en el primer juego, un primer aviso de lo que iba a venir, si bien nadie en la pista pensó que ese primer obstáculo anticipaba un verdadero suplicio para Nadal.
El encuentro era denso, trabado. Tan solo el primer parcial duró casi una hora y diez minutos, el tiempo que necesitó el suizo Roger Federer, ayer por la mañana para deshacerse en su debut del rumano Victor Hanescu. Al final del duro encuentro, se volvió a presentar, en la central del All England Club, el fantasma de la derrota del año pasado ante Rosol.