“Si volviera a nacer escogería el básquet sin pensarlo”, confiesa la periodista Patricia Avilés, quien fue figura en su época de deportista entre los años 80 y 90. A pesar de que ya ha pasado más de una década, desde que se retiró oficialmente a nivel profesional del club Emelec se mantiene activa, jugando con sus amigas contemporáneas en el coliseo del Banco Central.

Cuando habla de su deporte predilecto se le iluminan los ojos y confiesa que le brillan aún más cuando observa a su única hija, María Gabriela, de 18 años, jugarlo, casualmente, en la misma posición que ella: armadora alera.

Otra de las coincidencias que tiene con su primogénita es que también usó el número 14 en su casaca, representando a Guayas, provincia por la que se entregó y luchó en cada partido, según rememora.

“En el básquet de ahora no pasa nada de lo que se vio en mi época. Nosotros llenábamos los coliseos con un intercolegial; era común escuchar los clásicos del Normal Rita Lecumberry con el 28 de Mayo. Ya no se oye un clásico entre el Vicente (Rocafuerte) y el Cristóbal (Colón); La Dolorosa también se enfrentaba a muerte ante el San Francisco De Asís. Ahora se selecciona por trinca. Los rectores son cómodos, en los colegios fiscales ya no hacen deportes”.        

Durante la entrevista, Gabriela, quien también está presente, comenta que si bien era pequeña cuando su madre actuaba en los torneos, ha visto sus hazañas a través de todos los recortes de periódicos que Patricia guarda celosamente. 

“Mi mamá me metió a los 8 años a practicar básquet en el Honorato Haro, pero me salí porque no me gustaba mucho. A los 13 me tocó escoger un deporte en el colegio y tomé natación, pero a ella no le pareció buena idea  porque decía que  me hacía la espalda ancha... ya a los 14 me eligieron para la selección de Guayas de baloncesto y después para la pre-selección de Ecuador. Ahí quedé encantada”, cuenta María.

Mientras habla es interrumpida por Patricia, quien agrega que su hija quería estudiar leyes, pero por cosas de la vida siguió sus pasos en el periodismo deportivo. “La mandé a hacer pasantías en TC y  la doña se enamoró -a principios de enero- en la sección de deportes de una ‘banda’ encabezada por Diego Arcos; él fue mi compañero en Cable (Deportes)... Un día llegó a la casa y me dijo que quería estudiar periodismo, entonces le dije que se iba a morir de hambre”, comenta entre risas. Cabe destacar que Patricia fue la primera periodista deportiva de TV en Gamavisión (1989), fue relacionista pública de la Ecuafútbol y de Barcelona, además colaboró como corresponsal en los Juegos Olímpicos con TC y RTS.

Uno de los recuerdos que se le vienen a la mente a María Gabriela, de cuando jugaba baloncesto, es que su mamá se  “metía mucho en el partido”, ya que las alentaba de principio a fin; y a veces hasta se lanzaba a dar algunas indicaciones técnicas. “Cada vez que competía daba la impresión de que mi mamá se enojaba, pero no era eso, sino que a ella no le gustaba perder y siempre esperaba que la gente lo hiciera con ganas”.

Gabriela se retiró del básquet el año pasado, luego de ganar el bronce con la provincia “albiceleste” en los Juegos Nacionales celebrados en Machala, El Oro. “Ya no tengo mucho tiempo para entrenar por mis estudios, pero si se llegara armar un equipo en Casa Grande sin duda me metería”.

Patricia se muestra un tanto decepcionada por la decisión de su hija, pero considera que es lo mejor puesto que ahora todo es diferente.

“Ya no quiere saber nada, me da coraje recordar el último partido en el que participó. En los Juegos de Machala, Guayas iba ganando por 20 puntos a Pichincha. Ella siempre fue titular y por las trincas en ese partido el entrenador puso a todo el mundo menos a ella. Cuando faltaban 7 segundos, Guayas iba perdiendo por un punto y yo pensé que la iba a poner para que hiciera el triple, pero no lo hizo”.

Este episodio pasó a la historia y ahora ellas recuerdan con agrado la pasión por este deporte practicándolo con amigas. Y en la parte del periodismo, María Grabiela aprende más con la ayuda de su mamá, quien cuenta con una amplia trayectoria.

Este día de las madres ellas lo compartirán con la familia y con serenata. “Gracias a Dios tengo aún con vida a mi madrecita (Haydee Aguirre). Ella no se duerme si no se le lleva la serenata.

Le gustan las canciones Marco Antonio Solís, pero preferimos los temas alegres, no los llorones, porque este día es de celebración”, revela Patricia. (APS)