Christian Benítez habita la gloria
Un largo aplauso y un “viva Chucho” resonaron en el coliseo General Rumiñahui de Quito. Minutos antes, Rita Betancourth, madre del delantero, colocó un rosario sobre el cadáver y no pudo evitar mojarlo con su llanto.
Familiares, amigos, autoridades y admiradores de Christian Benítez acudieron ayer al mediodía a la misa de cuerpo presente que se le rindió al extinto futbolista.
Los instantes previos al traslado del ataúd hacia el Camposanto Monteolivo se llenaron de emotividad. Finalizada la ceremonia religiosa, Luis Chiriboga Acosta, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), levantó la camiseta 11 de la “Tricolor” y “patentó” ese número como exclusivo de “Chucho” Benítez; nadie más en la Selección volverá a usarlo.
El gesto mereció nuevas ovaciones, algunas acompañadas de lágrimas o “nudos” en las gargantas.
La bendición
El culto se realizó entre las 11:55 y las 13:00, fue celebrado por el vicario de Quito, René Coba Galarza, quien se refirió al desaparecido jugador como un hombre alegre, comprometido con sus dos grandes amores: el hogar y la familia.
Los momentos que precedieron al ritual también invitaron a recordar al padre de familia, esposo, hijo, amigo y deportista.
Julio Bueno, a través del piano, y Edgar Palacios, con la trompeta, rindieron su tributo artístico al “Chucho”. Las tristes melodías de la Serenata de Schubert y Vasija de barro le dieron marco musical a las reflexiones y remembranzas de los concurrentes.
El periodista mexicano Odín Ciani agradeció los grandes momentos que Christian ofreció a los hinchas de los clubes en los cuales militó. Mencionó que su partida a Catar y su posterior muerte dejaron un vacío en México imposible de llenar.
Agustín Delgado, excompañero de Benítez en la Selección Nacional, reiteró sus condolencias a la familia del “Chucho”, sobre todo a su viuda, Liseth Chalá, a la que conoce desde que era niña.
Después tomó la palabra el presentador de televisión Roberto Bonafont, quien le dedicó una poesía a Benítez. Exaltó sus atributos dentro y fuera de la cancha, y la mística con la que venció la pobreza.
La última intervención fue del director técnico de la “Tri”, Reinaldo Rueda, que lamentó perder a un compañero dedicado y comprometido, amante de su familia y de su profesión. Pidió a los asistentes ponerse de pie y aplaudir por un minuto el recuerdo del “Chucho”.
Mediante fotos, banderas y pancartas, hinchas de El Nacional y del balompié también extendieron sus condolencias a los parientes de “La Panterita”. Reverentes, siguieron con silencioso interés las luctuosas escenas del adiós a uno de los mejores exponentes ecuatorianos.
Se conmovieron con la aflicción de Érmen “La Pantera” Benítez, padre del “Chucho”, cuando sollozó inconsolable varios minutos junto al féretro.
La misa tranquilizó momentáneamente el sufrimiento de los presentes, el padre Coba bendijo a Christian Benítez y sentenció: “Se acabó el partido en la tierra, pero comienza el partido en el cielo”.
Cual ola humana en un estadio, la congoja recorrió las gradas del Rumiñahui. Los futbolistas Ebelio Ordóñez, Giovanni Ibarra, Giovanny Espinoza y los exjugadores Luis González y David Valencia hicieron fila para ayudar al suegro del “Chucho”, Cléber Chalá, a llevar el ataúd al Camposanto Monteolivo, última morada del delantero.