Dos especialistas se enfrentan en la final de la Copa de Inglaterra hoy (11:15) en Wembley: Chelsea, vencedor de tres de las cinco últimas ediciones (2007, 2009, 2010); y Liverpool, al que los torneos de eliminación directa se le han dado mejor que la liga desde hace veinte años.

Ese es el caso esta temporada para los “Reds”, que pueden terminar octavos de la Premier League, su peor resultado desde 1994, pero que ya han ganado la Copa de la Liga en febrero contra Cardiff.

Este triunfo hizo bien a unos aficionados que no habían visto ganar nada a su equipo desde 2006 (una Copa de Inglaterra), pero que ven el mal desarrollo de su equipo en la liga, pese al gran desembolso que se hizo el año pasado para fichar a los delanteros Luis Suárez y Carroll, que no han sido suficientes para acercarse a los 4 grandes en la Premier.

El sentimiento es parecido en Stamford Bridge. Desde la derrota contra Newcastle (0-2) el miércoles, Chelsea se ha resignado a terminar fuera del cuarteto de cabeza, lo que nunca había ocurrido desde que se hizo dueño del club el  ruso Abramovich. Paradójicamente, esta temporada fallida puede quedar como la mejor en su historia si gana la  Champions.