El Barcelona cayó eliminado de la Liga de Campeones tras no ser capaz de remontar el 1-0 encajado ante el Chelsea en la ida de las semifinales. Los de Guardiola empataron ayer (2-2) en otro partido donde perdonaron la goleada y se despidieron de la final de Múnich en una noche muy amarga para los barcelonistas.

Aunque finalmente no clasificó, el Barcelona fue el claro dominador del encuentro ante un Chelsea que desde el primer minuto se fue atrás buscando, como ya ocurriera en la ida en Londres, un contraataque que sorprendiera a la zaga “azulgrana”.  

Guardiola apostó por Piqué, Cesc y Cuenca desde el inicio del compromiso, dejando a Alves en el banquillo. Los “culé” arriesgaban y a los pocos minutos una llegada de Ashley Cole avisó del peligro inglés.

El Chelsea, con los mismos jugadores de la ida, pero con un planteamiento aún más defensivo, tenía claro que el objetivo era no encajar goles. Compactos y firmes, todos los “blues” se situaron en la frontal del área, a excepción de Drogba.

La primera gran ocasión llegó a los tres minutos, con un remate de Lionel Messi al lateral de la red tras una vertiginosa pared con Alexis.

El Barça tocaba rápido en busca del pase definitivo y en una de esas jugadas llegó la lesión de Gary  Cahill, que tuvo que ser sustituido por José Bosingwa. La mala suerte se cebó también con el equipo español, cuando el golero Víctor Valdés embistió a Gerard Piqué en una salida y el central quedó conmocionado.

Una vez superado el “escalofrío”, Messi volvió a tener otra gran ocasión. Esta vez combinó con Cesc Fábregas y se coló en el área, pero el golero del Chelsea, Peter Cech, se lució ante su remate a bocajarro.

Dani Alves tuvo que entrar al campo en sustitución de Piqué, que vio como Drogba le robaba la “cartera” y remataba fuera en la mejor ocasión inglesa. A los de Guardiola les volvió a faltar  puntería en los metros finales, hasta que Sergio Busquets abrió la “lata”. El centrocampista aprovechó una gran asistencia de Cuenca para anotar a placer.

El gol sentó muy mal al Chelsea y en especial a John Terry, su capitán. El central agredió por detrás al chileno Alexis Sánchez, sin balón de   por medio y el árbitro lo envió a la ducha con roja directa.

El Barça no permitió que el Chelsea se recompusiera e Iniesta marcó el segundo tras un gran contragolpe. El 2-0 dejaba a los “azulgrana” clasificados, pero el riesgo de jugar con tres defensas se volvió en contra en el descuento de la primera mitad. Frank  Lampard envió un balón en profundidad a Ramires y el brasileño volvió a teñir de azul la eliminatoria con un golazo de vaselina.

El partido prosiguió con el mismo guión tras el descanso e Iniesta envió fuera la primera ocasión. En la segunda llegada, el colegiado turco señaló un discutido penalti de Drogba sobre Cesc. La “Pulga” Messi fue el encargado de asumir la responsabilidad, pero su lanzamiento se estrelló en el travesaño, avivando la desesperación del Camp Nou.
Con la fortuna como aliada, el Chelsea aumentó un poco más su muro defensivo, mientras el Barça siguió perdonando sus ocasiones. Alexis envió fuera un remate de Cabeza y Cuenca volvió a toparse con un espléndido Cech cuando ya se cantaba el tercero.

Los ingleses le confiaban todo al marfileño Drogba y a las jugadas de balón parado. El delantero probó fortuna con un disparo desde medio campo que asustó al Camp Nou antes de quedarse en silencio con un remate de Ivanovic a la salida de un córner, que se marchó fuera con Valdés ya batido.

Quedaban 25 minutos y el Barcelona se volcó bajo el aliento de sus aficionados, pero con más ansiedad que fútbol. Busquets remató alto un rechace y Messi  sacó un potente remate de zurda que se estrelló en el poste tras rozar en Cech.

Hasta el último suspiro, los de Guardiola lo intentaron de todas las maneras posibles, pero el tercer gol  nunca llegó y el Chelsea, a la contra en el descuento, con un gol del español Fernando Torres, que tenía pocos minutos en cancha, se llevó el billete para la gran final de la Liga de Campeones, que se disputará en Múnich el próximo 19 de mayo.