“Canario 1” volvió a nacer; pero no vuela, ahora rueda

Cuando lo compró en el 2003 estaba en buenas condiciones, asegura Samuel Pazmiño. Era un Trooper de 1987, que según él lo adquirió a buen precio ($ 4.500) porque hasta el aire acondicionado funcionaba.

En ese entonces lo necesitaba para su uso personal, y su vida giraba en torno a las cátedras de Economía que dictaba en la Universidad de Guayaquil y en apoyar  a su club de siempre, Barcelona, a pesar de que ya ha dejado de asistir con frecuencia al estadio Monumental, por la  mala campaña de los “toreros”.

De hecho tenía 18 años cuando celebró el último campeonato conseguido por el club “canario” en 1997, cuando los “amarillos” derrotaron en la final 3-0 al Deportivo Quito, en su reducto.

“Se lo compré a un amigo y estaba bien cuidado, pero con el tiempo el carro se desgastó. En el 2007 me compré mi camioneta, y lo tenía prácticamente botado y ya estaba por rematarlo hasta que se me ocurrió arreglarlo porque siempre quise tener un jeep; y como estábamos en buena racha en el 2006, cuando parecía que íbamos a ser campeones, nació la idea de ponerle detalles de Barcelona”, añadió.

Así empezó con las modificaciones en la carrocería. Lo primero que le hizo fue quitar el techo del carro para convertirlo en jeep y luego pintarlo de color amarillo. El primer tono no fue de su agrado porque estaba “chillón” y por eso lo volvió a pintar con uno más bajo. Después le colocaron las barandas de hierro para acercarlo más a un modelo de jeep.

La tapicería con escudos del club del Astillero y la pintura hasta en los pedales fue dándole forma al nuevo vehículo. Después vino la  tecnología. “Le puse vidrios eléctricos, pantalla, radio con bluetooth, arreglé todo el motor, también tiene luces de neón en la parte de abajo con color rojo para que sobresalga, ya que no puede ser azul por obvias razones, jaja, sino rojo por los colores de Barcelona”, manifestó el economista.

Todo lo hizo poco a poco, y en el 2008 le incluyó las 13 estrellas que indican el número de campeonatos nacionales que ha obtenido el “Ídolo” y los nombres de los jugadores locales y extranjeros que para él han marcado una historia en el club.

“Carlos Luis Morales para mí ha sido el jugador más emblemático del club; José Francisco Cevallos también tuvo su espacio en la historia, al igual que Manuel Uquillas; y en extranjeros admiro a Marcelo Trobbiani”, añadió.

Otro de los detalles que llaman la atención en su móvil son dos frases que están pintadas en cada puerta. Esas líneas corresponden a su lucha contra el sobrepeso que sufrió antes del término de la reconstrucción de “Canario 1”, nombre con el que bautizó a su auto.

“Antes era bien gordito, pesaba 300 libras y bajé a 200,  son leyendas de motivación que inspiran para no dejar de luchar por lo que uno quiere y se me ocurrió ponerlo ahí cuando terminé de tunearlo”, recordó.

Samuel se inscribió en un centro médico de adelgazamiento y se había fijado un nuevo reto que era bajar de peso para demostrar que sí podía y también para lucir mejor para su entonces pareja sentimental.

“Ahora he subido otra vez 35 libras lo que pasa es que cuando uno empieza a comer de nuevo y deja la dieta, se descontrola mucho”.

Una de las frases fue escrita por él y la otra la copió de uno de los libretos de la película de Will Smith de la película “En busca de la felicidad”. “Hay una parte que él le dice a su hijo que nunca deje que alguien te diga que no puedes hacer algo. Si tienes un sueño, lucha, esfuérzate”, y así lo hizo.

Llegó a pesar 93 kilos y se mantuvo con gimnasia, piscina y una dieta balanceada. Con una apariencia física mejorada para él y con su carro “tuneado”, Samuel nos contó que cuando sale a “pasear” muchas personas lo felicitan por su “juguete”, pero también se ha encontrado con los “rivales” que detestan el amarillo.

“Una vez fui a comprar una entrada para un Clásico al Centro Cívico y allí me parquee y me di cuenta que solo habían  emelecistas... y en eso se me acercó un guardia y me dijo acá solo están los azules... y de repente veo que venían hacia mí y tuve que salir volando, porque me insultaron y todo”, comentó entre risas.

E inclusive con el megáfono portátil que también es parte de los objetos que lleva en su auto les cantó las canciones del “Ídolo” mientras se alejaba del lugar.

Sobre la actual campaña con Luis Zubeldía al frente, Samuel considera que esta vez sí habrán cambios, porque el “Príncipe” tiene “hambre de gloria y eso es lo que nos falta”.